JERUSALÉN (EFE). “Le sugiero que se relaje. Sabe muy bien que el Estado de Israel sabe defenderse y devolvérsela a sus enemigos”, respondió el también titular de Defensa ante las amenazas de Nasralá, que el domingo acusó a Israel de haber enviado los misteriosos drones que cayeron sobre Beirut, uno de ellos, cargado de “explosivos”.
Nasralá amenazó con “derribarlos” la próxima vez y avisó de que el tiempo de “Israel se ha terminado”.
El presidente libanés, Michel Aoun, calificó el suceso de los drones como “asalto israelí” y consideró “una declaración de guerra” tanto este incidente como otro ataque contra el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG) en el este del Líbano, frontera siria.
“Tenga cuidado con sus palabras y tenga aún más cuidado con sus acciones”, advirtió Netanyahu tanto a Nasralá como al general iraní de los Guardianes de la Revolución, Qasem Soleimaní, y al Estado libanés, al que reprochó albergar a una organización (Hezbollah) “que aspira a destruir” Israel.
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La Resistencia Islámica, brazo armado del grupo chii Hezbollah, aseguró que uno de los dos aviones no tripulados que se estrellaron el domingo en Beirut no era un dron de reconocimiento, sino que iba cargado de explosivos.
Esta escalada del lenguaje bélico se produce tras el ataque israelí reconocido del sábado contra objetivos iraníes en Siria.
Israel acusó a Irán de haber planeado un asalto contra su territorio con varios drones cargados con explosivos, y Netanyahu instó a la comunidad internacional a actuar “de inmediato” contra Teherán, que apoya a Hezbollah. Este grupo, considerado por Israel y EE.UU. como organización terrorista, es un importante actor político y militar en Líbano, con representación en el gobierno y el Parlamento. Sus fuerzas intervienen en Siria en apoyo al régimen de Bachar al Asad junto a Irán, otro enemigo declarado de Israel, desde 2012.
