Los científicos están utilizando Wolbachia, una bacteria común entre los insectos, excepto en el mosquito Aedes aegypti que transmite el dengue, para reducir la propagación del debilitante virus y otras enfermedades, como zika y chikunguña.
Brasil es uno de varios países que están realizando ensayos con este método, que comenzó en Australia en 2011 para combatir el virus que infecta a decenas de millones en todo el mundo.
Desde 2015, el instituto Fiocruz de Río ha estado produciendo mosquitos infectados con Wolbachia y liberando a sus crías.
La esperanza es que propaguen la bacteria al reproducirse con mosquitos salvajes.
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Wolbachia estimula el sistema inmunológico de un mosquito, lo que hace que sea menos probable que contraiga el dengue.
Pero si el mosquito contrae el dengue, Wolbachia hace que sea más difícil que el virus crezca dentro del insecto y se transmita a los humanos.
Hasta ahora, los resultados son prometedores. Los científicos involucrados en el ensayo informan una “reducción significativa” en los casos de dengue y chikunguña en barrios específicos.
Las pruebas muestran que más del 90% de los mosquitos en áreas donde se liberaron los primeros insectos infectados hace más de tres años tienen la bacteria.
Pero Wolbachia no es la cura mágica para eliminar el dengue, explica Luciano Moreira, jefe del proyecto en Brasil.
“Donde hay personas, hay mosquitos”, explica rodeado de cientos de tubos con miles de mosquitos infectados con Wolbachia.
“Siempre decimos que no somos la solución, debe ser un proceso integrado hecho en conjunto. La gente aún tiene que destruir los sitios de reproducción en casa”, añade Moreira.