Peronista moderado

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BUENOS AIRES (AFP). De bajo perfil y alejado desde hace años de la política activa, Alberto Fernández resultó la sorpresa de la campaña electoral argentina.

Peronista moderado y pragmático llega a la presidencia impulsado por la exmandataria de centro-izquierda Cristina Fernández de Kirchner, su compañera de fórmula.

Abogado de 60 años, Fernández llegó a las elecciones de ayer como claro favorito, luego de que en las primarias de agosto, apoyado por una oposición peronista unificada, arrasó con el 48% de los votos.

Un resultado sorprendente para alguien que solo en una ocasión anterior había acudido a una elección popular, en 2000, en las legislativas de la ciudad de Buenos Aires.

Su desempeño más destacado fue como jefe de gabinete del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y también de Cristina, en 2008, con quien rompió al cabo del primer año de gobierno, con declaraciones hirientes, en medio del enfrentamiento de la expresidenta con los propietarios del campo y de los grandes medios de comunicación.

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Ese episodio aparece ahora como una muestra de independencia ante quienes piensan que puede convertirse en un mero títere de la expresidenta.

Sus críticos lo consideran camaleónico por haber acompañado a sectores ultraliberales, como el de Domingo Cavallo, y a populistas de izquierda, como los Kirchner.

En el último tramo de campaña, Fernández se ha esforzado por tranquilizar a los mercados, nerviosos por la aguda crisis económica que atraviesa el país.

Aunque crítico con el Fondo Monetario Internacional, que en 2018 concedió un auxilio por US$ 57.000 millones a Argentina, descartó un cese de pagos como el de 2001. (AFP, EFE)