La memoria de los crímenes nazis es “inseparable” de la identidad alemana, opinó Merkel, durante su visita al antiguo campo de exterminio nazi.
“Recordar los crímenes, nombrar a sus autores y rendir un homenaje digno a las víctimas es una responsabilidad que no acaba nunca. No es negociable. Y es inseparable de nuestro país. Ser consciente de esta responsabilidad es una parte de nuestra identidad nacional”, opinó la dirigente, primera jefa de un gobierno alemán que visita este campo desde 1995.
Merkel insistió en que era “importante” devolver a Auschwitz su nombre completo. Aunque situado en la actual Polonia, el campo estaba en una región “anexionada en octubre de 1939 por el Reich” y que fue “administrada por los alemanes”.
“Es importante nombrar claramente a los criminales. Nosotros, los alemanes, se lo debemos a las víctimas y a nosotros mismos”, dijo Merkel.
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Pese a la “profunda vergüenza” que le generan los crímenes nazis, Merkel aseguró que “el silencio no debe ser la única respuesta”.
Frente al surgimiento, en los últimos tiempos, de actos antisemitas en Europa, “debemos levantarnos”, exhortó la gobernante, que ya ha visitado otros campos.