KUWAIT (AFP). “Para conservar nuestra seguridad, debemos ser ágiles y estar preparados para responder a las amenazas que llegan desde todas direcciones –por tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio–, así como las que llegan por parte de actores estatales y no estatales”, apuntó Jens Stoltenberg secretario de la alianza.
En la cumbre de dos días en Londres a principios de mes, los 29 miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) aprobaron permanecer unidos contra las amenazas procedentes de Rusia y el terrorismo, y reconocer el reto de una China en crecimiento.
Sin embargo, los líderes chocaron en temas políticos y otros, con el presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmando que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, tenía “dos caras” luego de que saliese a la luz un video en el que varios líderes mundiales se mofaban, en una recepción en el Buckingham Palace, de las comparecencias ante la prensa del primero.
La previa de la cumbre, además, estuvo marcada por las declaraciones del presidente de Francia, Emmanuel Macron, sobre la OTAN, de la que dijo que estaba en “muerte cerebral” y pidió una nueva estrategia, retomar el diálogo con Rusia y replantear la lucha contra el terrorismo islamista.
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Pese a estas diferencias, los 29 líderes lograron elaborar la “Declaración de Londres”, la primera de la OTAN que reconoce el reto estratégico que supone el crecimiento de China.
También puso de relieve la necesidad de una respuestas más fuerte y coordinada en la lucha contra el terrorismo.
“Debemos seguir combatiendo al terrorismo. La OTAN juega un papel clave en esta lucha colaborado con nuestros socios a lo largo del mundo en el entrenamiento de fuerzas locales”, agregó Stoltenberg.
“Todos los aliados de la OTAN, así como la propia OTAN, forman parte de la coalición global contra Dáesh (acrónimo en árabe del EI) liderada por Estados Unidos”, añadió.