Pero según la Constitución, el jefe del Estado debe ser cristiano maronita, mientras que el primer ministro debe ser musulmán suní y el del Parlamento, un musulmán chií.
“Después de consultas parlamentarias, el presidente convocó (...) a Hasan Diab para que forme gobierno”, tras dos meses de ‘suspense’ político en el país pluriconfesional.
El Líbano vive desde el pasado 17 de octubre unas protestas en contra del Gobierno, motivo por el que Saad Hariri renunció el pasado 29 de octubre como primer ministro, puesto reservado para los musulmanes suníes, según los acuerdos de reparto de poder sectario adoptados después de la guerra civil libanesa (1975-1990).
El nombramiento de Diab ha sido acordado por la coalición abanderada por los grupos chiíes Hezbolá y Amal, además del cristiano y aliado Corriente Patriótica Libre, las dos que más escaños ocupan en el Parlamento desde 2018.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Diab no ha recibido ningún apoyo del bloque suní, que o se ha abstenido o ha votado por el jurista y diplomático Nawaf Salam.
Los libaneses reclaman el reemplazo completo de una clase política que ha permanecido en el poder casi sin cambios desde la guerra civil (1975-1990). Treinta años después, muchos de los líderes de la época siguen presentes. Los que murieron o son demasiado viejos fueron reemplazados por un familiar.