NACIONES UNIDAS (EFE, AFP). Durante una declaración a la prensa en Naciones Unidas, Guterres detalló que aunque en un principio habían calculado ayuda humanitaria para unas 900.000 personas en el noroeste de Siria, las nuevas estimaciones tras los últimos acontecimientos apuntan que hasta 2,8 millones de personas podrían requerir asistencia humanitaria.
Idlib es el último bastión de los rebeldes sirios y es objeto de una gran ofensiva del gobierno de Damasco, apoyada por Rusia, que ha provocado rápidos avances de las tropas gubernamentales sobre el terreno.
Estos hechos han provocado la reacción de Turquía, cuyo presidente, Recep Tayip Erdogan, avisó este miércoles de que si continuaba el avance de las tropas de Damasco, se podría producir una “inminente” operación de su ejército en la zona en la que dijo era “su última advertencia”.
En este contexto, Guterres declaró ayer que han revisado y ampliado los planes de la ONU para cubrir las necesidades de las personas que se verán desplazadas en los próximos seis meses y señaló que casi 900.000 personas, la gran mayoría de mujeres y niños, ya han huido tras los últimos combates ” en las circunstancias más trágicas ”.
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Guterres manifestó asimismo que “cientos han sido asesinados, muchos han sido desarraigados varias veces, y los niños pequeños mueren de frío”.
Además, alertó de que los combates están avanzando hacia áreas con la mayor concentración de personas y amenazan con “estrangular” las líneas de ayuda humanitaria.
“El derecho internacional humanitario y la protección de los civiles han sido sistemáticamente ignorados. A medida que el espacio para la seguridad se reduce aún más, el potencial de sufrimiento humano empeora”, reflexionó Guterres.
“Más allá de la terrible crisis humanitaria, los desarrollos en el terreno están haciendo que las cosas sean cada vez más peligrosas”, dijo el secretario general, que agregó que durante casi un año se han podido ver una serie de ofensivas terrestres del Gobierno sirio apoyadas por ataques aéreos rusos y que en estos meses se han repetido enfrentamientos mortales entre las fuerzas turcas y sirias.
“Todo esto significa que, además de una situación humanitaria dramática y en deterioro, ahora nos enfrentamos al riesgo de una confrontación cada vez más grave con consecuencias cada vez más impredecibles. Es crucial romper el círculo vicioso de violencia y de sufrimiento”, exigió António Guterres.
Recordó que en repetidas ocasiones ha pedido un alto el fuego inmediato en Idlib para poner fin a la catástrofe humanitaria y evitar una escalada incontrolable.
“La única solución posible sigue siendo política. Estos hombres hicieron una pesadilla humanitaria para el sufrido pueblo sirio que debe detenerse. Debe detenerse ahora”, concluyó el secretario general de Naciones Unidas.
“Horrible” situación
El subsecretario general de la ONU para la coordinación de Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, ha alertado este lunes de la “horrible” situación que se vive en el noroeste de Siria, en donde cree que se han registrado unas 900.000 personas desplazas desde el 1 de diciembre, la gran mayoría mujeres y niños, por lo que ha pedido un alto el fuego.
“Están traumatizados y obligados a dormir al aire libre con temperaturas gélidas porque los campamentos están llenos. Las madres queman plástico para mantener calientes a los niños. Los bebés y los niños pequeños mueren a causa del frío”, relata Lowcock en un comunicado.
“Existe un grave riesgo de brotes de enfermedades. La infraestructura básica se está desmoronando”, alertó.
