La larga columna estaba encabezada por una delegación del ejército israelí presidida por el jefe del Estado Mayor, Benny Gantz, y el jefe del Congreso Judío Mundial, Ron Lauder. Unos 500 sobrevivientes también participaron de la marcha.
Para Miriam White, de 45 años, que llegó desde Los Ángeles al frente de unos 160 jóvenes, “es muy importante venir aquí y ver, quedarse con los sobrevivientes. Es muy importante enseñar a los jóvenes lo que pasó en Auschwitz y en los otros campos durante la Segunda Guerra Mundial”.
Como todos los años los caminantes franquearon al son del shofar, un instrumento de viento, la entrada del campo de concentración en donde está la tristemente célebre inscripción “Arbeit macht frei” (El trabajo te libera).
El campamento, símbolo del Holocausto, fue instalado por la Alemania nazi en el sur de Polonia en 1940.
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Recorrieron a pie el camino entre Auschwitz, la parte más antigua del campamento, y Birkenau, el principal lugar de exterminio de los judíos, distante tres kilómetros.
Entre 1940 y 1945 alrededor de 1,1 millones de hombres, mujeres y niños, en su mayoría judíos de diferentes países de Europa ocupados por Alemania, murieron en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
También murieron 85.000 polacos no judíos, 20.000 gitanos, 15.000 soviéticos y 12.000 otras personas de diferentes países.
