“Estaba llegando un temporal –contó Di Meo–. Cuando vi el primer relámpago tuve la idea y de inmediato me ubiqué bajo la columnata. Fueron casi 40 minutos luchando con la cámara fotográfica y la intemperie para buscar realizar la foto que había pensado”.
Una lucha contra el tiempo y la mala suerte: “Mientras limpiaba la lente de las gotas de lluvia, un primer rayo golpeó la cúpula. Y no pude más que observar impotente, además de decididamente enojado”.
Sin embargo el fotógrafo no cejó en su empeño: “Intenté varias veces más, hasta que un rayo dio sobre la cúpula justo cuando estaba tomando la imagen”, agregó.
Muchos pusieron en duda la autenticidad, invocando un fotomontaje o alguna intervención de retoque.
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La desmentida de Di Meo fue categórica: “Comprendo que la foto pueda parecer increíble. Pero siempre se han hecho fotos de rayos. En este caso, la única diferencia es que se trata del rayo justo en el momento justo. Lo logré por terquedad, además de un poco de suerte”.
