El material tiene una estructura similar a la de un grafeno, aunque, en lugar de átomos de carbono, está compuesto por átomos de antimonio.
Es capaz de almacenar cantidades de energía cuatro veces superiores a las obtenidas con el mundialmente conocido grafeno, demostrando una gran estabilidad a los ciclos de carga y descarga de energía eléctrica.
Si bien la existencia de este material había sido prevista en estudios teóricos, solo ahora se logró aislar en el laboratorio.