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Neves asumió los compromisos ante miembros del Partido Socialista Brasileño (PSB), formación de Silva, en la ciudad de Recife, en el estado de Pernambuco, que es precisamente la capital donde la ecologista tuvo un mayor porcentaje de votos de todo el país, un 63,33%.
Entre otras propuestas, se comprometió a “retomar” la reforma agraria, a acabar con la reelección de los cargos públicos, a que el Gobierno mantenga la prerrogativa de delimitar las tierras indígenas y a impulsar “la transición a una economía de bajo carbono”, según informó el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
La única demanda de Silva que no citó es eliminar de su programa la promesa de reducir la mayoría de edad penal a los 16 años, aunque Neves dijo que buscará soluciones que sirvan para alejar a los jóvenes de la violencia y evitar encarar el problema solo bajo la óptica del castigo.
En su discurso, Neves destacó el legado de Eduardo Campos, candidato presidencial del PSB fallecido en un accidente aéreo el pasado 13 de agosto, y el papel de Silva en la renovación de la política brasileña y en la afirmación del desarrollo sostenible.
Marina Silva, que obtuvo el 21,1% de los votos en la primera vuelta, ha condicionado su apoyo a Neves para el próximo día 26 a que el candidato opositor acepte o no una serie de propuestas de su programa.
No obstante, el PSB ya ha manifestado su apoyo expreso a Neves, mientras que la Red Sustentabilidad, movimiento creado por Silva que está en trámites para convertirse en un partido político, solo ha indicado a sus militantes que el próximo día 26 no voten a la actual mandataria, Dilma Rousseff.
En la primera, Rousseff fue la más votada, con el 41,59% de los sufragios, y Neves también pasó a la segunda vuelta, con el 33,55%.