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DONETSK (AFP). Se trata de las primeras víctimas desde que los rebeldes y el gobierno de Kiev acordaran el jueves un plan de paz en Minsk, en presencia de los dirigentes de la propia Ucrania, y de Rusia, Francia y Alemania.
El plan prevé un alto el fuego desde mañana, domingo, a las 00:00 local, y la posterior retirada de armas pesadas por parte de ambos contendientes, para acabar con un conflicto que dejó casi 5.500 muertos en 10 meses.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, declaró ayer ante los militares que no había que “hacerse ilusiones” respecto al futuro de ese acuerdo de paz. “No quiero dar falsas esperanzas, ni que se piense que soy un ingenuo: sigue quedando un camino largo y difícil por recorrer antes de alcanzar la paz”, dijo. “Nadie puede estar absolutamente seguro de que las condiciones de paz fijadas en Minsk se cumplirán”, añadió.
El jueves, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, que participaron en las negociaciones en Minsk, ya dejaron claro que el acuerdo sería difícil de aplicar, y abrieron la puerta a nuevas sanciones contra Rusia si no se respeta el alto el fuego.
Kiev y los países occidentales acusan al Kremlin de alentar la subversión de los rebeldes del este, suministrándoles armas y tropas. Unas acusaciones que Moscú siempre rechazó.
En el este de Ucrania, se libraban combates en toda la línea del frente y drones de los rebeldes “sobrevolaron la zona del conflicto” , indicó el ejército ucraniano.
Fuentes militares ucranianas también señalaron enfrentamientos en torno a la estratégica ciudad de Debaltseve, donde los separatistas prorrusos aseguran haber “rodeado” a miles de soldados ucranianos, algo que Kiev niega.
Esta ciudad se halla a medio camino entre los feudos rebeldes de Donetsk y Lugansk en el este del país. Y varios analistas opinan que los separatistas van a intentar conquistarla antes de la entrada en vigor del nuevo alto el fuego. “Ucrania espera una escalada y toma medidas para rechazar los disparos”, declaró el viceministro de Defensa, Petro Mekhed, que aseguró que los rebeldes habían intentado tomar Debaltseve y Mariupol a orillas del mar de Azov.