WASHINGTON (AFP). La política estadounidense siempre tuvo un pie en la alcantarilla. Esclavas concubinas, modelos acompañantes en yates, Mónica Lewinsky... Pero nunca, según los expertos, una carrera presidencial moderna había sido tan degradante como la que disputan Hillary Clinton y Donald Trump.
¿Cómo se llegó a esto? El alardeo captado por un micrófono en 2005, en el que un Trump sin filtro dice con vulgaridad haber agarrado a mujeres por sus genitales y haberlas besado a la fuerza, se suma a una lista que revuelve el estómago.
No está solo en el triste espectáculo. Clinton es la candidata que los estadounidenses aman u odian, una experimentada aunque manchada política cuyos propios escándalos –los e-mails, Bengasi, acusaciones de “posibilitar” las infidelidades de su marido– han sido pasto para las fieras durante años.
Ambos rivales, que juntos parecen ser los candidatos más impopulares de la historia moderna estadounidense, han dejado a la política por los suelos.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Cualquiera sea el resultado, concluyen los expertos que se habrá establecido un nuevo modelo de hacer política en Estados Unidos.
Ante los escándalos del republicano Donald Trump, muchos miembros de su partido optaron por tomar distancia, dejando el camino libre a su contrincante –según los analistas–, la demócrata Hillary Clinton, quien se mantiene discreta y deja al magnate debatirse solo en una espiral de polémicas.
Las filas republicanas parecen haber perdido la esperanza de ganar las presidenciales, dedicándose ahora a intentar mantener su presencia en el Congreso.
El segundo debate entre Donald Trump y Hillary Clinton estuvo marcado por la falta de ideas. Fue un enfrentamiento único en la historia del país, debido a su carácter virulento, con acusaciones de todo orden y golpes bajos.
Pero del lado de la demócrata, no todo fue color de rosa. Una nueva filtración masiva de documentos por el sitio Wikileaks molestó a Clinton, quien acusó a Rusia de interferir en la campaña.
Si bien no hubo grandes revelaciones, los documentos ponen en evidencia algunos cambios de postura de la demócrata. Extractos de discursos que dio ante representantes de bancos importantes en 2013 y 2014 muestran a una Hillary que sueña con un mercado de libre comercio y piensa que la industria financiera es totalmente capaz de autorregularse, una postura muy distinta a la que profesa en la actualidad.