Venezuela sobrevive por mercado negro

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CARACAS (AFP). El desplome del precio del petróleo, la drástica reducción de las importaciones en un país que produce poco, y menos aun tras las estatizaciones masivas del chavismo, tienen sumida a Venezuela en la peor crisis económica de su historia, con una inflación que se acerca al 100% este año, y grave desabastecimiento de productos básicos.

Esto ha llevado a varios ciudadanos a participar del mercado negro, en la compra y venta de productos que no se encuentran en los comercios.

El Gobierno considera esto como parte de una “guerra económica”, mientras que los políticos opositores y analistas aseguran que es consecuencia de las distorsiones de una economía de controles, expropiaciones, corrupción, ineficiencia y expansión de la liquidez monetaria.

“Cada vez acude más gente al mercado negro, en la medida en que aumenta la escasez y hay más colas, producto a la vez del bachaqueo”, explica el economista Luis Vicente León.

“Cuando controlas el precio y obligas a vender a un precio menor al precio de equilibrio, generas un exceso de demanda. Le estás entregando un estímulo a las personas para que compren mucho para reservar en su hogar o para revender”, agrega.

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Ante la escasez de la mayoría de los productos básicos, los venezolanos se ven obligados a destinar decenas de horas cada semana recorriendo supermercados y tiendas para abastecerse.

Pocos hoy son ajenos al mercado negro, que opera en puestos ambulantes, pero también por las redes sociales o con revendedores a domicilio.

Sobre mantas en el piso o tarimas improvisadas, de pie o sentados, bajo un sol que raja la tierra o a la sombra de toldos, centenares de hombres y mujeres ofrecen productos de todo tipo para una población necesitada.