A través de un informe, Aida Leguizamón Sosa y Miguel Angel Cuéllar Hoppe, psiquiatras del Ministerio Público y del Poder Judicial, en ese orden, descartaron que la acusada tenga o haya tenido algún trastorno mental o alguna perturbación que disminuya su capacidad de discernir el bien y el mal.
También ayer, el colegiado escuchó el testimonio del hermano del artista, Juan Jorge Corbalán, quien reveló que tres días antes del atentado, Manzur contactó con él para contratar a su hermano y llegaron incluso a acordar una cita a las 22:00 en la vía pública Mariscal López y Libertad, a la que Manzur no acudió.
Luego de esperar más de una hora, los Corbalán se retiraron, tras lo cual Manzur lo llamó sumamente ofuscado, para reclamar que no se presentó al encuentro. “Parecía borracho”, indicó.
El testigo relató que también le llamó la atención que Manzur no tenía ningún manejo del servicio musical que pretendía contratar y tampoco coincidió la dirección donde supuestamente se iba a hacer el evento, pues de ida al encuentro pasaron a mirar el local y correspondía a un baldío. Otra situación llamativa que mencionó es que en la única visita que Jemina hizo a su hermano Sixto en el sanatorio, estuvo acompañada de un abogado.
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