El mensaje señalaba del joven que si no pagaban o si avisaban a la Policía, Christian moriría, por lo que debían cumplir lo más rápido con el pedido.
Desde el inicio agentes de la comisaría jurisdiccional y de Antisecuestro señalaron que había muchos elementos que no coincidían y dudas sobre el hecho denunciado.
Tras horas de investigación, agentes de Antisecuestro rastrearon el teléfono y ubicaron a Christian en la casa de un amigo, en el barrio Pindolo de Areguá, donde dormía plácidamente en una cama posiblemente bajo efectos de alguna sustancia.
El fiscal Federico Delfino imputó a Bordón por simulación de hecho punible.
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