El día en que en todo el mundo deberíamos celebrar con alegría la importante recordación, nos encuentra intentando encontrar ánimo para digerir una seguidilla de impactantes noticias del ámbito policial en las que los nombres femeninos como víctimas se repiten con preocupante frecuencia.
En una estadística sin explicación racional, vemos cómo aumentan de forma alarmante los hechos de violencia hacia las mujeres. Los crímenes son cada vez más brutales, las víctimas cada vez más jóvenes y las motivaciones son de las más absurdas.
Una semana de terror
El lunes 24 de febrero, Día de la Mujer Paraguaya, a las 17 horas, fue hallado en una bolsa negra el cuerpo sin vida de una niña indígena de 12 años, en un baldío ubicado detrás de la terminal de Ómnibus de Asunción. La pequeña falleció asfixiada, tras ser drogada y violada.
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El martes 25 de febrero, a las 11:30, fueron halladas muertas dos mujeres en el interior de un vehículo estacionado sobre la avenida Perú, en la zona de Puente Seco, Hernandarias. Las víctimas eran madre e hija: María Luisa Rodas (40) y María Elizabeth Azcona Rodas (23), quienes presentaban rastros de golpes y de torturas.
En esa misma fecha, en un departamento de Luque, la chef argentina María Fátima Díaz fue asesinada de varias puñaladas por un compañero de trabajo que se había obsesionado con ella.
El domingo 1 de marzo las autoridades encontraron muerta a la niña Naydelin, de 7 años, en una zona boscosa de Minga Guazú. También fue asfixiada.
El lunes 2 de marzo, Rosana Gisel Guzmán, de 23 años, fue ultimada de dos puñaladas en la puerta de su comercio, en el centro de Eusebio Ayala.
Estos y otros casos integran la lista Observatorio de Igualdad y No Discriminación del Centro de Documentación y Estudios (CDE), y esperemos que no haya nuevos hechos.