“Los casos de violencia familiar ocurren por muchísimos factores: motivos económicos, hogares mal constituidos, consumo en exceso de alcohol y de estupefacientes, la carencia total de valores y la idiosincracia misma del paraguayo que va muy ligada al machismo y la escasa formación académica”, enfatizó la comisaria principal Andrada.
La jefa policial resaltó, no obstante, que con el transcurrir de los años y las generaciones se va superando la idea de que la mujer está subordinada al varón y que, por ende, está obligada a servirle y a asistirle, para dar paso a una sociedad más igualitaria y de roles compartidos.
“Esa noción se fue superando con el tiempo. Hoy mucha gente joven comparte roles que antes estaban reservados para un género en particular”, especificó.
“Cuando hablamos de violencia intrafamiliar no hablamos exclusivamente de la violencia contra la mujer, sino a todo tipo de violencia física, verbal y psicológica que ocurre entre los integrantes de un núcleo familiar. Hay casos de esposos hacia esposas, padres hacia hijas, madres hacia hijas, yernos hacia suegras, etcétera”, enumeró Andrada.
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Andrada también resaltó que representa un problema la ausencia de una figura referente en el núcleo familiar, debido a la migración a otras ciudades o países, que genera una falta de parámetros en “hoja de ruta” porque los niños crecen sin falta de orientación.
También instó como prevención que sean informados los hechos ante la más mínima señal de violencia.
“Una mujer ante la más mínima señal de violencia debe analizar la situación y si se va agravando que no dude en denunciar. No solo la víctima, sino también el vecino que puede ser testigo casual”, puntualizó.
