El violento atraco se inició ayer a las 10:30 en el local de la ganadera Río Lindo, ubicado en Santísima Trinidad y Teniente Zavala del barrio Mburucuyá de Asunción, aunque la estancia de la mencionada firma, que pertenece a Gladys Santos, funciona en el departamento de Presidente Hayes.
Según los datos, tres hombres fuertemente armados, uno con buzo con capucha, otro con campera y el otro con traje y sombrero, irrumpieron en el lugar y redujeron a un chofer, a un veterinario y a tres empleadas administrativas.
En todo momento, los criminales amenazaron con matar a los rehenes si estos no revelaban dónde estaba guardada la plata. Las víctimas señalaron que los delincuentes dijeron que manejaban el dato de que en la empresa había unos G. 700 millones.
Sin embargo, durante unos 15 minutos, los maleantes revolvieron todo el lugar y no hallaron el caudal, por lo que llamaron reiteradamente a un informante, quien les había pasado el dato.
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Lo que sí consiguieron fue ser detectados por otra empleada que estaba en otra dependencia y que se encerró para llamar al Sistema 911.
En cuestión de minutos, llegó a la escena una patrullera de la comisaría 10ª Metropolitana, con cinco policías a bordo, quienes tocaron el timbre y rodearon el perímetro.
Se recriminaban
Ni bien escucharon la llegada de los uniformados, los asaltantes se pusieron muy nerviosos y se recriminaban el hecho de no haber revisado bien el lugar, porque estaban seguros de que había más personas que los delataron, de acuerdo con lo que contaron las propias víctimas.
Simultáneamente, los efectivos que estaban afuera capturaron al chofer de la gavilla, el conocido delincuente Édgar Dionicio Ojeda Díaz (42), quien para ese instante ya había salido de nuevo a la calle y estaba al mando de su coche Nissan Sunny blanco, con el motor en marcha.
Este último, quien estaba trajeado, primero dijo que era el chofer de un abogado, pero después confesó que sus cómplices seguían adentro.
Tiroteo
Nerviosos y acorralados, los asaltantes que permanecían dentro de la oficina intentaron huir por las salidas principal y posterior, pero al ver a los agentes optaron por trepar un muro con cerca electrificada y ganaron la calle.
Esta situación fue avistada por los efectivos, que para ese entonces ya habían pedido más refuerzos. Así, se inició una persecución casa por casa, que incluyó un intercambio de disparos, pero que terminó con la detención de otros dos sospechosos, el también famoso criminal Saulo Paulo Martínez Vera y Aragón (32), quien portaba una pistola calibre 45, y Aurelio Iván Ortigoza Riquelme (27), quien tenía un revólver calibre 38.
Una vez en la comisaría, tres de las víctimas del violento asalto reconocieron plenamente a los detenidos y las armas requisadas, y también acusaron a Saulo Paulo de ser el más violento del grupo.
