La imputación de la fiscala de Capiatá Sofía Jiménez da cuenta de que en los primeros minutos del 9 de marzo pasado Derlis Calonga y Moisés Álvarez Toledo, quienes iban a bordo de una moto por la Ruta 2, a la altura del Km 17 fueron embestidos por un vehículo de color blanco.
De ese automóvil bajaron dos personas que golpearon a ambos jóvenes y luego se robaron la moto.
En la imputación se señala a Riquelme como uno de los supuestos autores.
Sin embargo, Riquelme declaró ante la fiscala que esa noche retornaba de la jornada laboral del Banco Continental, en donde se encarga de hacer el cierre.
Cuando se dirigía a su casa vio a un motociclista con el rodado estacionado y cerca a dos jóvenes ensangrentados que pedían auxilio.
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Señaló que se asustó al verlos y aceleró para alejarse del lugar.
Refirió que al parar en el semáforo del Km 19 , frente a la fiscalía de Capiatá se percató de que se le acercaba el motociclista con los dos jóvenes ensangrentados.
Lo siguieron, pero no lo alcanzaron.
Al día siguiente informaron a Riquelme que la policía lo estaba investigando y le advirtieron que la situación era delicada ya que hubo un asalto y que una de las víctimas es hermano de un oficial .
Fue así que el 13 de marzo, Riquelme se puso a disposición de la fiscalía junto a su abogado Aldo Rojas.
Señaló que solicitó la pericia de su vehículo a través del laboratorio forense, pero su pedido hasta ahora no tuvo eco.
Se quejó también de que hasta ahora no tuvo respuesta del pedido de traslado de su coche al depósito del Ministerio Público para un mejor resguardo.
Argumentó que ese vehículo está depositado en la comisaría de Capiatá, en donde el 19 de abril fue a revisar en qué condiciones se encontraba y para sorpresa suya lo halló en otra posición, pese a que los policías no tienen la llave.