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El fiscal Marcelo Pecci, quien acompañó el megaoperativo del miércoles último con sus colegas Hugo Volpe y Alicia Sapriza, dijo ayer que los resultados orientativos de pruebas de mano dieron positivo en los cinco cadáveres resultantes del tiroteo.
Añadió que, según las pericias, todas las armas usadas por los ahora fallecidos fueron disparadas contra la Policía. Esto se comprobó mediante el cotejo de las vainas recogidas al lado de los cuerpos.
Las pistolas Glock confiscadas, por ejemplo, tienen selector de tiros, es decir, son capaces de efectuar tiros individuales y ráfagas.
Las muestras fueron tomadas por agentes de Criminalística que intervinieron en la escena en la que cayeron abatidos el brasileño Elso Alan Ribeiro Barros y los paraguayos Rubén Portillo, Pablo Javier Ocampos, Richard Alexander Fernández Duarte y uno que probablemente es Silvino Arce Benítez.
El líder también
Los datos entregados al Ministerio Público también indican que el líder de la banda desarticulada, el paraguayo Roberto Núñez Portillo, alias Robertí, también usó un arma de fuego antes de ser alcanzado por una bala en la cabeza.
Este último atacó a los uniformados, acusó el tiro y fue a caer malherido dentro del rancho en el que se escondía toda su gavilla.
Sin embargo, como la Policía previó una ambulancia, el cabecilla del grupo criminal fue auxiliado inmediatamente y, de momento, sigue vivo en el Hospital de Trauma (ex Emergencias Médicas) de Asunción.
En el procedimiento, fueron detenidos también Soriano Alfonzo Sanabria, Clemencio Franco Martínez, Emilton Leite da Silva Filho y un menor de 17 años. También cayó arrestada Luana Antúnez Bogado (brasileña) y fue liberada otra menor de edad que estaba en el “cuartel” narco al cuidado de dos niños.
El procedimiento
El operativo Romai se llevó a cabo el miércoles 1 de mayo en un establecimiento de la colonia Piray del distrito de Karapã’i, sobre la Ruta 11 “Juana María” de Lara, 107 kilómetros después de Santa Rosa del Aguaray y 35 kilómetros antes de llegar a Capitán Bado.
La investigación se inició dos meses antes, cuando el departamento Contra el Crimen Organizado de la Policía detectó un informe que daba cuenta de que en Capitán Bado había una guerra entre los dos principales bandos de narcotraficantes, uno de ellos encabezado por el “pez gordo” Felipe “Barón” Escurra” y el otro por el ahora detenido y herido “Robertí” Núñez Portillo.
Esta última facción, al verse superada en número y capacidad operativa, se refugió en el establecimiento intervenido por la Policía en la colonia Piray, donde paralelamente levantaban una fortaleza para su base de operaciones y montaban un laboratorio de procesamiento de drogas, aprovechando las serranías y la inaccesibilidad.
En las últimas semanas, la banda se reforzó con miembros de una célula del grupo criminal Comando Vermelho de Brasil, que el 5 de abril pasado dinamitó un banco en Coronel Sapucaia, ciudad vecina a Capitán Bado.
Pese a los abatidos y capturados, al menos 10 hombres lograron escapar.