En este caso, el fiscal interviniente es Osvaldo Caballero y el único imputado es Carlos Daniel González Mallorquín.
González está imputado por los delitos de lesión de confianza, apropiación y hurto agravado, por lo que se expone a una condena de 10 años de cárcel.
El guardia se entregó a la comisaría de Arroyo Seco, dos días después del robo y en aquella ocasión aseguró a la prensa que el monto robado no superaba los G. 600 millones y que de dicha suma tomó G. 800.000.
Dijo que el resto lo repartió en zonas marginales de la capital, San Lorenzo y Ñemby, por lo que se lo llegó a comparar en las redes sociales con el héroe de leyenda Robin Hood.
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Pero González nunca contó nada de los policías, posiblemente por temor a represalia.
El guardia estaba cumpliendo funciones desde hacía unos diez meses, hasta que el 19 de abril.
Ese día, en plena tarea de recolectar el dinero, abandonó a sus demás compañeros frente a la empresa Essap.
Posteriormente se dirigió con el camión blindado al barrio Pilar de Asunción, donde a las 18:00 aproximadamente también dejó el transporte y huyó con bolsas repletas de dinero.
Prosegur, a través del abogado José Domingo Almada, informó que el monto robado fue de G. 1850 millones.
González está recluido en la Penitenciaría Nacional.