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CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional). El abusador fue identificado como Alex Albert Ortiz Sánchez, quien fue condenado a dos años de prisión, sanción considerada muy leve por la ciudadanía.
Dicha sentencia definitiva fue emitida el 7 de mayo último por la jueza Nilda Estela Cáceres. La fiscala Haydée Barboza consintió el pedido de la defensa de una condena de dos años y la aplicación de un procedimiento abreviado.
La fiscala Dólica Giménez de Liuzzi había acusado a Ortiz Sánchez, pero en la audiencia preliminar se presentó su colega Barboza, quien se ratificó en el requerimiento en la primera parte de la audiencia y luego consintió el pedido de la defensa del acusado, ejercida por la abogada Luz Rosalba Cañete.
Durante la audiencia, Cañete alegó que la médica forense Ramona García determinó que no hubo “perforación del himen” de la niña de 8 años, por lo que pidió que su conducta se encuadre como abuso sexual en niños, según el artículo 135, inciso 1°, del Código Penal, con pena de hasta tres años y que se le aplique el procedimiento abreviado.
La agente fiscal, cuando se le corrió traslado, no se opuso a dicho pedido, también considerando que “no hubo penetración”.
Expectativa era de 10 a 15 años
Lo que ni la jueza ni la fiscala tuvieron en cuenta es que se trató de un abuso sexual en niños, cometido por una persona que tenía bajo tutela a la víctima y que la expectativa de pena es de 10 a 15 años para tal caso. La sentencia queda firme, no existe posibilidad de modificarse lo resuelto.
El abuso ocurrió en julio del año pasado y fue en dos ocasiones, según refiere un informe de la psicóloga del Ministerio Público Shirley Torres Añazco y se confirmó en la declaración de la afectada en cámara Gesell.
En el aterrador informe, se señala que Ortiz sometió a sexo oral en dos ocasiones a su hijastra, luego de que intentara una penetración que no se concretó por el llanto de la víctima.
“Sobre la base señalada y el análisis del contenido, existen elementos que llevan a pensar que la niña estuvo involucrada en actos sexuales, indicando ella como posición de víctima y como ofensor a su padrastro. Su relato es creíble y posee consistencia lógica, por lo que no podría reproducir con detalles una experiencia que la misma no haya vivido”, señala el informe.