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Previamente, el juez Julián López había dado trámite de oposición al pedido de sobreseimiento definitivo solicitado por la fiscala Nidia Fernández. Luego de la rectificación del sobreseimiento, la fiscala adjunta reasignó la causa a Gilvi Quiñónez.
Los hechos revelan que el 26 de noviembre de 2013, la Sra. María Soledad Galeano se encontraba en su lugar de trabajo en el Departamento de Comunicaciones de la Policía Nacional. Ese día, le había acompañado su menor hija de 13 años de edad, quien le pidió ingresar al sanitario (unisex).
Cuando madre e hija se dirigían al sanitario, se les adelantó el suboficial Cañete, quien se desempeña como jefe de la sección de Imprenta. Esta situación llamó la atención de la mujer, sobre todo porque Cañete tenía por “hobby” ver videos pornográficos.
Cuando Cañete salió del sanitario, la niña ingresó y se percató de la existencia de un teléfono celular, oculto dentro de una caja de cartón, ubicado detrás de uno de los mingitorios en desuso, con el lente óptico direccionado hacia el inodoro. La menor tomó el celular y al revisarlo constató que estaba activada la filmadora y que entre los archivos había otros videos donde se observaba a su madre utilizando el sanitario.
Cuando la niña alertó de esta situación a su madre, Cañete le arrebató el celular y eliminó los archivos nerviosamente, según la acusación.