La duda está en que no se sabe qué pasó con el dinero. Si los investigadores le dieron uso o no, y cómo no se dieron cuenta de semejante monto de más (G. 50 millones a cada uno), y por qué no se puede realizar una reversión automática del pago irregular.
Por su parte, José R. Molinas aclaró que nunca formó parte de la Fundación Pro Desarrollo de su hermano, el exsecretario ejecutivo del Conacyt, Idelín Molinas, y que estuvo desvinculado de las ONG Investigación para el Desarrollo y el Instituto de Desarrollo cuando fueron adjudicados con proyectos, negando que tuvo acceso a información privilegiada. Agregó que otros proyectos adjudicados, de los que sí formó parte, fueron evaluados por expertos internacionales.