La Mesa de Articulación Indígena del Paraguay (Maipy) denunció ayer en un comunicado los atropellos que sufren en la actualidad las comunidades nativas, como ser la expulsión y usurpación de sus tierras y territorios ancestrales. Esta posición fue dada a conocer en el marco del 527 aniversario del descubrimiento de América, acontecimiento calificado como de atropello, invasión y despojo para los pueblos originarios del continente.
“A pesar de ser los dueños ancestrales de estas tierras, el Estado no cumple su rol de velar por nuestros derechos como pueblos originarios”, señala el comunicado de la Maipy, al destacar que la mayoría de las comunidades indígenas viven por debajo de la extrema pobreza, en la extrema necesidad y que muchas familias sobreviven en condiciones infrahumanas.
El gremio denunció además que el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) reduce su papel en acciones puramente asistencialistas, sin acciones serias sobre la problemática de los pueblos.
Se mencionan entre los puntos exigidos por la mesa, la recuperación, restitución y documentación de las tierras y territorios indígenas ancestrales. Otro reclamo es la intervención y castigo a los culpables, cómplices y encubridores de la usurpación y del envenenamiento con fumigaciones agrotóxicas a las comunidades nativas.
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Otra exigencia es “la determinación por ley, para que el 10% de los royalties y compensaciones de Itaipú y Yacyretá, sea destinado en un 50% para la compra de tierras y el otro 50% para ejecución de proyectos de autodesarrollo en beneficio exclusivo de las comunidades indígenas. Se pide además la reestructuración del Indi y la participación de profesionales indígenas en el gerenciamiento del ente.
Son más de 117.000 en 19 etnias
Según el censo de 2012, en Paraguay viven 117.150 indígenas, que conforman 19 etnias. Están diseminados en 13 departamentos y en Asunción. Estos nativos tienen 960.000 Ha. de tierras tituladas y cerca de 150.000 HA. reivindicadas como territorio ancestral, cuya titulación reclaman. Unos 3.000 se han instalado en la capital y alrededores y son conocidos como “nativos urbanos”. Son los que han dejado sus comunidades por la presión campesina, la agricultura mecanizada y por disputas internas.
