El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, acompañado por autoridades de la citada comisión, participó del comienzo del retiro de las partes que quedan de la embarcación.
Expertos aseguran que la falta de previsión y la violación de protocolos arqueológicos en aquella actividad propiciaron una importante pérdida de información que no se podrá recuperar.
Durante el proceso de extracción del buque no se protegió el sitio arqueológico de la presencia de saqueadores, no se realizó la consulta historiográfica ni los requerimientos pertinentes al Archivo Nacional, al astillero de origen y a la empresa que había adquirido el patrimonio al momento del hundimiento, según las quejas.
Tampoco se realizó un relevamiento y estudio del alcance del conjunto arqueológico, no se hizo un proyecto de intervención arqueológica con un profesional relacionado al patrimonio subacuático; tampoco se efectuó el estudio para la conservación del material a ser rescatado y que al ser sacado del agua presentaría una condición de inestabilidad que apeligraría su composición, adujeron.
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Otro cuestionamiento refiere que durante el procedimiento se permitió la presencia en el sitio de gran cantidad de personas, algo improcedente dentro de un sitio de trabajo arqueológico, y que no se realizó un proceso de recuperación de acuerdo al protocolo de intervención arqueológica subacuática dictado por la Unesco.
Intentamos obtener la versión de la Secretaría Nacional de Cultura, pero nadie respondió al requerimiento.
