Las encargadurías de cátedras para el 2020 son motivo de conflictos entre docentes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción (Facso - UNA) y la encargada de despacho, Ada Vera Rojas. Esta última quiere llamar a concurso todas las encargadurías de la carrera de Sociología, pero sí confirmar por un año más en sus puestos a los encargados de cátedras de la carrera Trabajo Social. El tema debería ser tratado hoy en el Consejo Superior Universitario.
Los docentes de Sociología y el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Facso afirmaron ayer que Ada Vera pretende realizar el llamado a selección de carpetas para encargadurías “violando principios de igualdad, extralimitándose en sus funciones y violando los estatutos de la Universidad Nacional de Asunción”, señalan en un comunicado.
Los docentes afirman que, desoyendo el pedido del director de la carrera, Raúl Ricardi, de la asamblea docente y de los egresados, Vera notificó a todo el plantel, conformado por 34 profesores, que puso en marcha el llamado solo para Sociología, mientras ratificó a todo el plantel de Trabajo Social, la otra carrera de la Facso, en la que ella es encargada de tres cátedras. Asimismo, aseveran que la decisión coincide también con que el Ministerio de Trabajo concedió al sindicato la personería definitiva. Siete de sus directivos son de Sociología.
Por otro lado, un grupo de cientistas sociales pidió por escrito al Rectorado de la UNA la apertura de concursos para la carrera de Sociología para garantizar transparencia y calidad académica en la Facso.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Los cientistas sociales que firman la nota apoyan la decisión de Vera como encargada de despacho y afirman que el grupo de docentes que se opone “se aferra a sus cargos, hablan de supuesto despido, lo cual no se atiene a la verdad, así como acusan la medida de autoritaria”.
Igualmente, solicitan que las comisiones de selección se conformen con académicos para apuntalar la calidad docente de la Facso y cuidar un proceso que ponga fin a la “endogamia institucional”.
