Piden a Justicia no encubrir y dejar impunes a corruptos

Este artículo tiene 5 años de antigüedad
Mons. Edmundo Valenzuela presidió ayer la misa de Año Nuevo, ocasión en que se celebró la fiesta María Santísima Madre de Dios y la Jornada Mundial por la Paz.
Mons. Edmundo Valenzuela presidió ayer la misa de Año Nuevo, ocasión en que se celebró la fiesta María Santísima Madre de Dios y la Jornada Mundial por la Paz.Archivo, ABC Color

Mons. Edmundo Valenzuela mencionó ayer que hay señales de combate a la corrupción, pero se reclama que nadie quede impune ante los delitos éticos y morales cometidos y que la fiscalía, los jueces y la Policía Nacional actúen conforme a las leyes. Pidió que no se den más privilegios injustos a sectores políticos minoritarios.

La Iglesia Católica celebró ayer en la Catedral Metropolitana la festividad de María Santísima Madre de Dios y la Jornada Mundial por la Paz. En la ocasión, el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, presentó a los fieles la propuesta pastoral de la Arquidiócesis 2020, que contempla cuatro aspectos: 1. La iniciación a la vida cristiana y mistagogía. 2. Valores éticos y morales. 3. Prevención y protección de menores. 4. Economía solidaria.

En proyecto resalta la pastoral para afrontar la corrupción mediante la educación y promoción de los valores éticos y morales. Sin estos valores no es posible la paz.

Explicó que el valor de la equidad es fundamental para la vivencia de la paz. “Es bueno que las autoridades se encuentren con el pueblo, que escuchen el clamor de los pobres y de los más excluidos de la sociedad. Un proyecto de combate a la pobreza comienza amando a los pobres, ocupándose de sus vidas y familias”, resaltó.

Valenzuela considera que el logro de un gobierno se manifiesta en la conquista de la equidad, pues la inequidad está a la base del desequilibrio económico y social. “Por eso, nuestro país, para obtener la paz debe afrontar el tema de la inequidad”, precisó.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Al referirse a la actual convivencia, indico que en Paraguay se está construyendo la paz, entre luces y sombras. “Ha registrado señales claras de combate a la corrupción, pero se reclama que nadie quede impune ante los delitos éticos y morales cometidos y que la fiscalía, los jueces y la Policía Nacional actúen conforme a las leyes, según cada caso y no los encubran”, precisó.

Entre los valores éticos y morales que propone para el trabajo pastoral se encuentran: respeto, honestidad, tolerancia, responsabilidad, trabajo, humildad, justicia-equidad, lealtad-fidelidad, solidaridad y gratitud.

En otro momento sostuvo que para atender efectivamente la transformación institucional y productiva del país, y alcanzar mayores niveles de eficiencia y transparencia, es necesario fortalecer las capacidades de gestión pública e incrementar la movilización de recursos públicos y privados para el desarrollo.

Reconoció que en el plano económico el país ha registrado un importante crecimiento en la última década, el cual ha estado acompañado del fortalecimiento del marco de políticas macroeconómicas y mejoras en el bienestar de la población. Sin embargo, persisten desafíos, particularmente a nivel territorial, en el que la inequidad entre zonas rurales y urbanas es pronunciada, afectando particularmente a las poblaciones campesinas e indígenas.

En otro momento abogó por la mejora del gasto público. “No más privilegios injustos para sectores políticos minoritarios a quienes, parece ser, no les interesa un país mejor y sino su propio interés y dinero. El país cuenta con el potencial para dar continuidad al rápido crecimiento económico”, afirmó. Abogó por un plan global en la integración con los mercados internacionales y diversificando su aparato productivo; continuar con la infraestructura productiva y social, con los criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental de la misma; priorizar la persona humana que es el mejor capital.

Iglesia abre puerta a homosexuales

Valenzuela volvió a referirse a las personas homosexuales y dijo que la “Iglesia les abre las puertas y les apoya en su camino de conversión, como a todos los otros hijos. Sin embargo, hay que aclarar que esta apertura y acompañamiento implica un ‘ponerse de cara a la verdad’ con misericordia y respeto”.