“No tenemos una cultura de madurez mental y emocional”, dice, sin filtros, la psicóloga Gabriela Vergara.
Desde afuera solemos dar sabios consejos a amigos o parientes, sin embargo, “no son más que opiniones ligeras, perogrulladas o tomando partido por nuestra amiga en cuestión. Hay dos capacidades que necesitamos desarrollar para poder ayudar: la inteligencia emocional y la empatía”, señala la Lic. Vergara.
-¿Son los problemas parte intrínseca del amor?
Las relaciones sentimentales hacen aflorar los problemas emocionales sin resolver los de cada uno. Nadie puede hacernos felices ni llenar nuestros vacíos, naturalmente estos se van a mostrar una y otra vez en las relaciones hasta que hagamos un proceso personal de autodescubrimiento y cambio. Muchas veces estamos disconformes con la relación, con la pareja y solemos plaguearnos por todo. Un consejo rápido: dejar de quejarnos, ceder más en las cosas, no estresarnos por pequeñeces; muchos de los problemas de la convivencia se dan por problemas domésticos.
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-“Las mujeres latinas crecen físicamente, pero no en la dimensión emocional, parece que siempre tienen 15 años”, me dijo una coach de parejas.
Tanto hombres como mujeres no tenemos una cultura de madurar mental y emocionalmente. De su inmadurez, la gente simplemente dice “es mi carácter”, aún así, todo carácter negativo se puede cambiar, modificar, mejorar. Se pretende que al quemar etapas: noviazgo, casamiento, trabajo, hijos, uno “crece”, pero no es así. Normalmente (antes de los 30 años) la gente da estos pasos sin preguntarse si está preparada para convivir consigo misma y luego con otra persona. Pocos dicen: “Primero voy a madurar y luego voy a intentar construir una relación”
-¿El primer noviazgo nos afecta “para siempre”?
La cultura sexualiza tempranamente a los adolescentes y comienzan a pensar en el noviazgo a edades en que ningún cerebro está maduro para posibles decepciones. En esto influye la televisión, novelas. Las malas experiencias se graban fuertemente cuando somos muy jovencitos. Por ejemplo, si mi primer novio a los 15 años me dejó, siempre estoy esperando que me dejen y desarrollo el llamado “apego ansioso” con mis posteriores relaciones, lo cual me vuelve posesiva, celosa, desconfiada (si la experiencia hubiera sido a los 20 años, tendría un impacto diferente). Estos patrones se repiten toda la vida y es importante acudir a terapia para modificarlos.
-Folclóricamente, el hombre sudamericano suele ser escurridizo para el compromiso, ¿por qué?
El problema particular del varón es que le cuesta despegarse de la figura materna y asumir el rol de hombre adulto. De ahí el lorito óga, pasa de ser dominado por la madre a serlo por la esposa. Con las corrientes que menosprecian la masculinidad, va a empeorar la situación. En el feminismo denuncian que el varón es opresor cuando en realidad es un gran dominado por la mujer. En una relación tiene que haber equilibrio y se requiere madurez de ambas partes.
-¿Cuáles serían los problemas más comunes en las parejas hoy?
La falta de comunicación es uno de los más importantes. No sabemos hablar claramente de nuestras emociones y expectativas, esperamos que mágicamente las cosas se den a nuestro gusto. Se debe aprender sobre la asertividad, investigar este concepto, para ayudarnos a comunicar nuestras necesidades sin ser agresivos (atacar al otro) ni pasivos (callarnos todo hasta explotar). Siendo asertivos vamos a elegir siempre el momento correcto para hablar. Paradójicamente, cuanto más tiempo se pasa juntos es más difícil hablar. Una sugerencia es hacerse tiempo para dialogar sin distracciones (no a la hora del almuerzo o mientras se conduce) y en ese momento plantear problemas y pensar en soluciones. Aprender a negociar, en esto se basan mucho las terapias, porque hay problemas que parecen insalvables y, sin embargo, son fácilmente solubles.
-Cuando el amor está, pero dañado, ¿conviene poner “pausa” o “stop”?
Generalmente, las pausas las hacen las personas que quieren cortar, pero tienen miedo, no se animan a dar el paso o quedar solos. Si hay una pausa con ánimo de volver, es una buena oportunidad para pedir ayuda profesional.
