Marisa Rivera es la presidenta de Mpowerment Works, una empresa de consultoría diseñada para el desarrollo humano y la transformación de las personas con el propósito de impactar en un cambio global. La presencia de la experta en Paraguay fue con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en nuestro país.
–¿Cómo se va afirmando o construyendo el empoderamiento y liderazgo?
–El liderazgo y el empoderamiento de la mujer es crucial para el mundo entero. La eliminación de la corrupción está en las manos de las mujeres. No tenemos los puestos de liderazgo en los lugares en los que se ejerce corrupción. Si podemos entrenar buenas líderes, que haya claridad en todas las gestiones, que aprendan a liderar de una manera democrática y de una manera abierta y que conozcan sus derechos, podríamos eliminar la corrupción. El futuro es la mujer porque somos el 51% de la población global. Aquí en Paraguay son casi el 50% de la población, en Latinoamérica el 55% de la población. El peso y el futuro están sobre nosotras, pero definitivamente tenemos que seguir luchando por nuestros derechos y lograr la equidad salarial.
–¿Qué significa el empoderamiento?
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–El empoderamiento es reconocer que la mujer tiene un poder, que tenemos derechos, que tenemos las habilidades, que tenemos el deseo y la iniciativa. A veces cuando se nos niegan muchas cosas, parece que lo tomamos muy personal, y eso genera miedo, inseguridad. Pero cuando estamos empoderadas decimos sí, sí se puede. Ese es el propósito. El talento lo tenemos y ahora lo que tenemos que hacer es impulsar a las mujeres a no tener miedo, ayudarlas hacer todas las cosas que ellas quieran y aspirar a la vida a la que ellas añoran.
–La corrupción es estructural y se sostiene desde el Estado.
–En Paraguay el 50% son mujeres, pero solo el 19% de mujeres están en el gobierno. Nuestra voz, nuestras ideas no están siendo escuchadas. Si la mujer no tiene un cargo de influencia y de mando no se pueden hacer los cambios, siempre vienen desde arriba. Necesitamos que la mitad de todos los puestos dentro de un gobierno estén en manos de una mujer. En EE.UU. el 18% de las mujeres están en el gobierno y nosotras tenemos el 51% de la población. Hemos avanzado, pero a pasos mínimos, necesitamos hacerlo a pasos agigantados.
Miedo y feminicidios
–El miedo, la inseguridad, los hijos, la cultura, la religión son obstáculos para avanzar.
–Es un obstáculo y es una inspiración. Porque una lucha por darles un país mejor a sus hijos. Muchas mujeres asumen causas difíciles y es porque miran más allá, por un futuro mejor para Paraguay. Yo quiero un futuro mejor para este planeta, quiero que haya educación para todos. Cada mujer tiene sus ideales y el área donde quieren concentrarse, pero muchas veces cuando se encuentran solas es ahí donde viene el miedo.
–Otro de los graves problemas: el feminicidio y la violencia doméstica.
–Es enorme y no es solo en Paraguay. Es una epidemia global, en la manera que hay el acoso sexual, la violencia hacia las mujeres, y las muertes lo escuchamos en todos los sitios. Parece que aumenta porque ahora podemos denunciar, antes no había una manera para denunciar. El movimiento Me Too es algo que comenzó en los Estados Unidos. Surgió en octubre de 2017 para denunciar la agresión sexual y el acoso sexual, a raíz de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine y ejecutivo estadounidense Harvey Weinstein. Usó su poder para acosar a todas las que querían ser actrices.
Una de ellas colocó en las redes y en dos horas había dos millones de mujeres que dijeron: “Yo también”. Creo que las redes sociales y nuestras propias leyes que hemos empujado y peleado para que estén vigentes, no son equitativas y no se están cumpliendo. Ahí está el problema.
