VILLARRICA (Carlos Ávalos, corresponsal). El obispo comenzó su homilía explicando que la resurrección de Jesús es el mensaje central que el evangelio pide transmitir a los hermanos hoy, en tiempos de pandemia.
Martínez resaltó el amor al prójimo y recordó que si cada uno piensa y actúa en consecuencia, nada podrá vencernos y saldremos fortalecidos, como personas, como familia, como nación. “Que el virus no nos robe la alegría y la esperanza. No podemos ni debemos vivir atados por los temores paralizantes”, indicó.
La Vigilia Pascual de anoche se celebró a puertas cerradas. Estuvieron los celebrantes y solo las personas comprometidas en la liturgia.
En su homilía, Martínez valoró la generosidad de nuestro pueblo con iniciativas de caridad, como las ollas populares, los comedores comunitarios, la donación de alimentos, que ayudan a mitigar el sufrimiento de los más vulnerables. Pidió a todos los compatriotas quedarse en las casas para romper el circuito del contagio de la pandemia. Además, exhortó al Gobierno a que auxilie a la población en sus necesidades de ingresos y alimentación.
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Agregó que las difíciles circunstancias que nos toca enfrentar como país nos está dejando una esperanzadora lección: es posible alinear voluntades y esfuerzos de todos los sectores de la sociedad por una causa común. Aún ante la amenazante pandemia, Martínez resaltó que es tiempo para la esperanza en un futuro mejor; para construir una sociedad fraterna y solidaria, para ver nacer a la Patria soñada. “Con nuestros gestos y actitudes, digamos con nuestro gran poeta Néstor Romero Valdovinos: Renacerá el Paraguay bajo el beso de Dios... alborada triunfal… y la patria será una sola promesa de amor”, concluyó el obispo.
Muchas gracias a médicos, policías...
“Quisiera dedicar una mención especial a todos aquellos que exponen su salud y sus propias vidas para salvar la de los demás. Al personal de blanco y a todo el personal de apoyo de los hospitales y sanatorios del país. A los que forman parte de la cadena para que no falten alimentos a nuestros hogares. A los militares y policías, a fiscalía, a los bomberos. A los periodistas también en su incansable labor de informarnos permanentemente. Y a todos aquellos que prestan un servicio imprescindible para la sociedad. Nuestra gratitud, reconocimiento, oraciones y bendición especial. ¡Muchas gracias!
Es lo que expresó anoche, en otra parte de su homilía, el obispo de Villarrica, Mons. Adalberto Martínez.
