Lejos de utilizar tapabocas, alcohol en gel o higienizarse las manos con agua y jabón. En medio de la pandemia desatada por la facilidad del contagio y la ferocidad del covid-19, jóvenes y adultos adictos al alcohol y otros estupefacientes, como el crack, están en situación de calle en Asunción y alrededores. De día realizan alguna “changuita” y por las noches duermen en las veredas o donde puedan.
La especialista en tratamiento de adicciones y quien lleva años trabajando con este grupo de alto riesgo, Graciela Barreto, explicó que no existe un protocolo sobre cómo tratar con ellos en la prevención de contagios de covid-19, pese a la alta tasa de morbilidad que existe en esos casos, ya que se trata de personas cuyos pulmones están afectados y que tienen mala alimentación e higiene.
Barreto detalló que para extremar los cuidados, en el momento en que se anunciaran las medidas sanitarias tendientes a controlar la circulación comunitaria del covid-19, las comunidades terapéuticas cerraron sus puertas. Quedaron dentro quienes estaban. Entretanto, algunas personas en calle recuperaron su vínculo familiar y están siendo asistidas por organizaciones sociales, pero muchos siguen viviendo en las calles.
La experta comentó que el 7 de mayo habrá un encuentro virtual de la Red Latinoamericana de Sufrimiento Social para analizar modelos de tratamiento comunitario. “No hay un protocolo para trabajar con estas personas, que están en peligro. Todas las drogas impactan en el pulmón; y las condiciones de vida, la poca higiene, la mala alimentación, suman”, alertó Barreto. “Tenemos que ver cómo trabajar con jóvenes y adultos en situación de calle. Se pueden dar algunos servicios que tengan que ver con la higiene, caminar hacia la dignidad”, señaló.
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