En setiembre de 2014 la Municipalidad de Asunción, bajo la intendencia de Arnaldo Samaniego (Partido Colorado), adjudicó la construcción de muros de contención en varios barrios de la capital. En la lista de proyectos figuraba la estructura de piedras y hormigón sobre el arroyo Morotî, del barrio Roberto L. Petit. De blanco el arroyo solo tiene el nombre, porque el agua que corre por el canal es puramente cloacal, que los propios moradores arrojan.
La beneficiada con el contrato de 4.377 millones fue Caraguatay SA, representada por Felipe Caballero Ramírez y Rubén Cardozo Fariña. Incluía la construcción de un muro de piedra y la colocación de tubos de PVC para drenaje. Un importante detalle: el contrato no incluyó la construcción de un puente sobre el arroyo. Los 3.300 metros de muro tuvieron un costo de poco más de G. 1.100 millones.
Los vecinos comentaron a ABC que el año pasado el muro sufrió un desmoronamiento luego de una intensa lluvia. El suceso demostró que el proyecto se ejecutó mal. “Una obra bien hecha, bien ejecutada, no puede destruirse fácilmente”, expresó un vecino que pidió la reserva de su nombre.
Justamente en el sitio donde los vecinos “construyeron” su propio puente se puede observar cómo se van desprendiendo las piedras colocadas de forma chapucera en lo que sería la calle De Las Cordilleras (22ª Proyectada).
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Enrique Cáceres, antiguo poblador de la zona comentó que la comisión vecinal se quejó ante las autoridades comunales en contra de la obra porque consideraron que estaba mal encarada.
Reclamaron también que el puente nunca se previó en el proyecto de construcción del muro.
“Así nos tienen. Cuando vinieron a construir el muro ya debieron hacer el puente, pero no lo hicieron. Los vecinos trajimos ese hierro, soldamos las rejas a los costados. Así improvisamos nuestro puente”, señaló.
“Siempre paso por acá para acortar mi camino. No me queda otra”, decía María de Galeano, mientras cruzaba con mucho cuidado sobre la deformada estructura de hierro. Ni siquiera el pavimento está en buenas condiciones. En algunas partes se hundió y parte de las piedras terminaron en el cauce del arroyo arrastradas por la corriente de agua.
Basura y cloaca
No solo agua cloacal se escurre en el cauce del arroyo Morotî. Gran cantidad de basura se puede ver a lo largo del canal. Una parte viene arrastrada con el caudal de agua cuando llueve y la otra es arrojada en el sitio por los propios moradores, reconocieron algunos. “El año pasado retiraron toneladas de basura, pero al poco tiempo se juntó todo de nuevo”, se quejó otro lugareño.
Debe mejorar recolección
El servicio de recolección de basura en el barrio Roberto L. Petit es otra de las terribles debilidades de la Municipalidad de Asunción, aunque no sea patrimonio exclusivo de este barrio.
Como no pagan sus tributos, algunos vecinos que se asentaron hace varios años al borde del arroyo, no cuentan con el servicio de aseo urbano.
En este caso, argumentan que no tienen otra opción que arrojar sus desechos en la vía pública, o en el peor de los casos, en el cauce del arroyo.
El otro problema es la falta de alcantarillado sanitario. Solo unos pocos cuentan con este servicio, por lo que las aguas negras también terminan en el arroyo.
