Los organizadores de este encuentro multisectorial entregaron dos cartas abiertas, una a las Naciones Unidas y otra a la Cancillería Nacional, solicitando, entre otras cosas, que se detenga el genocidio que sufren las familias que profesan religiones distintas a las de su gobierno y que se colabore con países que tienen personas raptadas para garantizar el rescate y liberación de las mismas, como ocurre con las niñas de Asia, África y Oriente Medio, y en Paraguay con los casos de Arlan Fick y Evelio Morínigo.
Este movimiento de concienciación ya se inició en otros países como México, Ecuador y Guatemala, frente a las respectivas sedes de NN.UU., y el propósito es llevar el mensaje a varios puntos del interior del país, a través de las iglesias, explicaron los protagonistas.
