Descubren el salón de los pasos perdidos

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En muchos aspectos la intervención en el Palacio de Gobierno representó un verdadero descubrimiento, dice el Arq. Carlos Cataldi. Tal el caso de la sala hipóstila o “salón de los pasos perdidos” que estaba perdido entre la maraña de oficinas que se habían instalado en la planta baja, debajo del Salón Independencia.

Las columnas que sostenían el techo estaban entre las paredes que se habían levantado sin cimiento sobre el piso. El cielo raso falso de metal desplegado y colgado para tapar los gigantescos ductos de aire acondicionado apenas dejaba que se notaran los capiteles. Cuando se decidió sacar todos los agregados apareció la sala de espera que fue totalmente recuperada.

“La gente siempre se quejaba que en el Salón Independencia no podía subir más de cierta cantidad de personas. No es para menos. La carga adicional que algún bestia le colocó allí equivalía al peso de 120 personas. Era como si en el salón de arriba estuviesen paradas al mismo tiempo todos los días del año esa cantidad de gente”, comenta.

Todo esto fue retirado y se trabajó para revertir las deformaciones que se produjeron en el piso del Salón Independencia y en las columnas de perfil de hierro revestido que lo sostenían. “Son torpezas, impericias o mala praxis cometidas con antelación cuando a nadie le importaba el patrimonio”.