El cuidado del medio ambiente en la familia (*)

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La Navidad en Familia propone meditar hoy sobre el medio ambiente.

Animador: Nos reunimos para prepararnos para la Navidad, nuestra fiesta cristiana. Este año seguiremos dialogando sobre la familia, en su importante e insustituible papel de ser promotora de la vida.

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Señor, danos fuerza para acoger y defender la vida, en nuestra familia.

Animador: En esta Navidad, Dios hecho Niño, se acerca a nosotros, nos muestra su buena voluntad, nos da su gracia, nos invita a la reconciliación, a abrirnos a los demás, de manera especial a los miembros de nuestra familia.

Todos: Señor, danos fuerza para acoger y defender la vida, en nuestra familia.

Animador: Virgen María, tú que escuchabas y ponías en práctica las enseñanzas de Jesús, haz que nuestra familia y nuestro país, en esta Navidad, renueve su compromiso de vivir en la unidad y en el amor.

Todos: Señor, danos fuerza para acoger y defender la vida, en nuestra familia.

Animador: Recemos juntos el Padre Nuestro y el Ave María.

Canto.

Lectura Bíblica: Salmo 8

Reflexión

Debemos partir de este principio fundamental: “el ser humano es esencialmente un ser en relación”. Ha sido creado para relacionarse con la naturaleza, es decir con todos los seres creados; con sus propios hermanos y con Dios. Justamente aquí es donde tenemos el deber y la obligación de cuidar nuestro medio ambiente, comenzando en la familia. El concepto cristiano de creación es fundamental para comprender bien el cuidado del medio ambiente. Esta preocupación actual de la ecología nace de evitar el deterioro del medio ambiente en que se desarrolla la vida humana.

Dada la agresión que sufre la naturaleza reclama la ayuda de la ética y de la teología. Recordemos que el término “ecología” justamente deriva del griego “oikós”, que significa hogar, patrimonio, es decir, se trata de que el hombre cuide su “casa”, es el estudio de la residencia o casa del ser humano. El mundo no es eterno, sino que tiene su origen en el amor de Dios, hace conceder a la creación una especial dignidad y un fin determinado como servidor supeditado al hombre.

Recordemos también que la misma Palabra de Dios nos hace tomar consciencia de este cuidado. Es cierto que todas las cosas han sido creadas para el servicio del hombre pero esto no significa el abuso y la exageración de ellas. Dios preceptúa el cuidado de la naturaleza a su pueblo Israel. Los israelitas, cuando conquisten la tierra prometida, cada siete años deberán dejarla descansar un año completo (Lev 25, 5). También los animales, en el día séptimo. No deberá destruir el arbolado, sino sólo los necesarios, para luchar contra la desertización.

El sometimiento de la creación al hombre, en palabras del Génesis, supone una relación ordenada entre los hombres y la creación, que exige el ejercicio de las cualidades espirituales de la persona humana en orden a completar la obra creadora de Dios. Sólo, después del pecado, toda la creación se vio sometida a la caducidad y a la muerte, y espera desde entonces ser liberada para entrar en la libertad gloriosa con todos los hijos de Dios (cf. Rm 8, 20-21).

En conclusión, el hombre no es dueño de la creación en sentido absoluto, sino sólo relativo. Es, más bien, administrador responsable, ante el único Señor de todo lo creado (del hombre y del resto de la creación): Dios, Señor de la vida. Por todo ello debemos emplear en nuestro servicio toda la creación pero con ciertos límites éticos que nos ayuda a nuestra ordenación y comunión personal de amor con Dios, fin último del hombre, y siempre teniendo presente que los bienes fueron creados en principios para todos los hombres y para todas las generaciones pasadas, presentes y futuras. Nosotros debemos responder de ellas ante las generaciones actuales y venideras, y en primer lugar ante Dios.

Como vemos la verdad de Dios Creador es la que está latente en el problema ecológico, y pocos son los que llegan hasta las últimas consecuencias. Esta puede ser nuestra aportación, no única pero sí última, como cristianos discípulos y misioneros de Jesucristo ante este problema tan urgente y actual.

Para el diálogo

¿Qué entendemos por ecología?
¿Dónde tiene su origen el mundo? ¿Qué nos dice la Palabra de Dios al respecto?
Como discípulos y misioneros de Jesucristo: ¿Cómo debemos actuar en familia para cuidar el medio ambiente?

Oración de los fieles: Señor enséñanos a cuidar nuestro mundo.

Para que aprendamos a ser administradores responsables de todo lo creado. Oremos.

Para que nuestra relación con toda la creación nos ayude en la comunión personal de amor con Dios. Oremos.

Para que aprendamos a respetar la dignidad de cada persona. Oremos

Para que en esta Navidad aprendamos a vivir bajo la ley de Dios y de respeto a todo lo creado. Oremos

Compromiso

Dialogar en familia y/o en comunidad de la importancia de la ecología.

Enseñar a los niños y jóvenes a cuidar el medio ambiente: mantener limpiar la casa, la vereda, a usar basureros, a no quemar la basura, regar las plantas, etc.°

Oración final

Animador: Al culminar este encuentro llevemos en nuestro corazón la palabra que escuchamos y compartimos, esto nos ayudará a mirar la Navidad con ojos de fe y esperanza.

Todos: Señor, que esta Navidad ayude a transformar nuestra familia en santuario de vida.

Animador: Hemos reflexionado sobre nuestra familia reconociendo todo lo que significa en nuestra vida, es en ella donde se aprende a conocer y amar a Dios en los demás.

Todos: Señor, que esta Navidad ayude a transformar nuestra familia en santuario de vida.

Animador: Que cada familia en el Paraguay sea un lugar donde se acoja, se defienda y se promueva la vida.

Todos: Señor, que esta Navidad ayude a transformar nuestra familia en santuario de vida.

Animador: Recemos todos juntos pidiendo al Señor que mire con gran compasión y misericordia sobre las familias divididas y separadas, sobre los niños que no sienten el amor de sus padres. Que los integrantes de las familias paraguayas aprendan a acoger la vida como el don más preciado que Él mismo nos concedió. Por estas intenciones recemos todos juntos un Padre Nuestro y Ave María.

Canto.
* Reproducción de la Navidad en Familia elaborada por los Redentoristas.

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