Las maternidades infantiles forzadas

Este artículo tiene 9 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2394

Mañana, martes 15, a las 9:30, se realizará la presentación del “Balance regional: niñas madres. Embarazo y maternidad infantil forzada en América Latina y el Caribe” organizada por el Comité de América Latina y el Caribe para la defensa de los derechos de las mujeres (Cladem) Paraguay, con el apoyo de Católicas por el Derecho a Decidir, y el auspicio de la Fundación Celestina Pérez de Almada y la Mesa de Memoria. El balance tiene por objetivo recoger evidencias que permitan visibilizar esta realidad silenciada en la región, como también promover el debate instalando conceptos claros y contundentes sobre la maternidad infantil forzada. Con los resultados se pretende desarrollar acciones de incidencia tanto a nivel nacional, regional e internacional para que se produzcan cambios.

Parte del informe

El estudio revela que, en todos los países estudiados, las relaciones sexuales con niñas es considerada violación. Las edades varían entre los 13 y los 16 años. La mayoría de los países considera al parentesco como un agravante en casos de violación sexual. Los casos de violación de niñas y embarazos y maternidades infantiles en general se consideran emergencias. Frente a ellas, frecuentemente, el personal de salud no cuenta con directivas claras para actuar. Lo mismo pasa en el sector de la justicia.

Obligar a una niña que no ha terminado de crecer a llevar a término un embarazo, ser madre y criar a un bebé debe ser considerado tortura o trato cruel, inhumano y degradante, según los casos, en los términos de la Convención de la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Deben incorporar como delitos a los códigos penales.