Legado de Alberto Delvalle eleva el campo cultural de Encarnación

Poco antes de llegar al santuario de la Virgen de Itacuá, a 8 km del centro de Encarnación, un camino recientemente asfaltado se abre paso entre sojales y retazos de bosques. Y conduce al recuerdo de un bohemio cultural y amante del arte: don Alberto Delvalle. La Casa-Museo donde vivió el coleccionista pinta su alma y enaltece su legado.

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Un portón siempre abierto, como cuando vivía el dueño de casa, conduce a un encuentro maravilloso con los objetos históricos y artísticos que don Alberto Delvalle había coleccionado en vida. Todo se mantiene igual lo dejó él al partir al cielo. Sus herederos firmaron un convenio con la Municipalidad de Encarnación para conservar el complejo cultural situado en medio de un bosquecillo agreste, no lejos del río Paraná.

El coleccionista dedicó más de 25 años a juntar muebles antiguos, santos tallados en madera, objetos relacionados a las guerras de la Triple Alianza (1865-1870) y del Chaco (1932-1935), pinturas de héroes, piezas históricas y de uso cotidiano. Don Alberto Delvalle instaló su Casa-Museo en Itacuá hace quince años, en una propiedad de dos hectáreas y media, donde hay cultivos de hortalizas, árboles frutales y plantas de jardín.

Frente a la casa principal (tipo un tinglado dividido en cuartos), hay otra parcela de terreno donde había habilitado un parque de esculturas y un vivero de orquídeas autóctonas y especies acuáticas del Estero Cambá (zona de Ñeembucú) y se llama Yvy maraney (la tierra sin mal). Ahí se ven grandes figuras de pájaros y otras esculturas que están al aire libre y son obras del pilarense Ramón Vázquez.

En las salas del museo resaltan una galería de retratos de héroes paraguayos de la Guerra de la Triple Alianza y una serie de reproducciones de diez óleos del Renacimiento, obras pintadas por Bartolomé Martínez.

El acervo incluye un busto de mármol de Carrara del Gral. Bernardino Caballero, bella pieza tallada en 1926; una serie de cadenas de hierro fabricadas en la fundición de Ybycuí que fueron usadas para impedir el paso de los buques aliados en Humaitá, en tiempos de la guerra del 70, varios muebles de estilo y utensilios de uso cotidiano en el Paraguay.

A un costado se mantiene el dormitorio de señor Delvalle, con una cama de hierro baldaquino, sus bastones, su ropero con xilopintura de Adán y Eva y su biblioteca.

En otro pabellón, un tinglado anexo, había montado el Museo de las Sugerencias, que expone una colección artística creada en base a troncos y raíces de madera. Son ocurrentes tallas hechas por el escultor de coronel Bogado, Rubén Núñez. En el gran salón, con una pasarela perimetral elevada, hay más de cien piezas. Las maderas fueron rescatadas por don Alberto del lago del embalse de Yacyretá, donde flotaban por meses. Pasen y vean.

Una pasión por objetos históricos

Alberto Escobar Delvalle falleció en Encarnación, el 3 de febrero de 2008, a los 65 años.
Había comentado en vida que empezó a interesarse por las piezas históricas en su época de maestro de la primaria en el colegio San Blas de Obligado. Ahí vio que los sacerdotes juntaban santos rotos y entendió que había demasiadas cosas con valor patrimonial en país para rescatar. Ya cuando trabajaba en Yacyretá, veía que los ingenieros franceses compraban y llevaban a Francia las imágenes viejas.

Se reciben visitas de martes a domingos

La Casa-Museo Alberto Delvalle queda a unos 7 km del centro de Encarnación. Se debe ir por la ruta asfaltada que conduce a la gruta de la Virgen de Itacuá. Hay un cartel que indica el desvío de unos cientos de metros por camino de tierra que llega al lugar. El complejo histórico cultural se rehabilitó al público el 3 de abril de 2012 y recibe visitantes de martes a domingo, de 09:00 a 17:00, con acceso gratuito. “El que tiene imaginación con qué facilidad saca de la nada un mundo”, es la cita de Bécquer que se lee ahí.

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