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El adolescente de 16 años había sufrió un accidente por quemadura eléctrica al tratar de colocar un cartel, a principios de 2014. Desafortunadamente al momento de la instalación entró en contacto con un cable de alta tensión que le produjo grandes quemaduras e hizo que perdiera sus brazos y piernas. Su estado era crítico en ese entonces, con riesgo de morir. Pero gracias a la intervención oportuna de especialistas y del plantel humano del Centro Nacional del Quemado, se pudo salvar la vida del menor. “Ahora puedo hacer cosas que creí que ya no haría más”, expresó entusiasmado el adolescente.
“Con mucha satisfacción vemos de cerca los logros que está obteniendo nuestro paciente estrella. Empezó a caminar y a escribir con ayuda de sus prótesis. Estamos muy contentos con él”, dijo el doctor Bruno Balmelli, director del Centro Nacional del Quemado.