“En medio de nuestro caminar por los accidentados caminos de la vida, como peregrinos caminantes que somos sobre esta tierra, Jesucristo, el Buen Pastor, se nos presenta como luz y guía, tendiéndonos su mano, para corregirnos, rescatarnos, liberarnos, en nuestros errores, caídas, miedos, desorientaciones y desalientos”, dice el comunicado del obispo castrense.
Seguidamente, agrega una frase bíblica de Isaías que habla del acompañamiento de Dios a su pueblo y señala que “celebrar la Navidad será auténtica, cuando nuestro corazón (pensamiento, voluntad, acción) se deje iluminar por la luz de la Palabra Eterna; la gran luz que brilló sobre nosotros orienta nuestros pasos y nos ofrece la certeza y fortaleza, de pasos seguros en la verdad, y nos protegerá para que ningún mal nos alcance”.
Explicó que en su oración a San Agustín, el papa Juan Pablo II rezaba: “Enséñales a no desistir jamás de la búsqueda, en la certeza de que, al final, su esfuerzo será premiado por el encuentro satisfactorio con la Verdad Suprema que es fuente de toda verdad creada (Vaticano, el 15 de sep. del 2004)”.
Martínez sostiene que el nacimiento del Señor trae la alegría y la gran esperanza que con Él podemos y que nada es imposible para los que aman al Señor y viven dedicados al servicio de amor misericordioso hacia los demás, especialmente hacia los que sufren, viven y sobreviven las exclusiones sociales o comunitarias.
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“En el amor, como el mismo Señor nos ha enseñado, podemos afirmar con nuestras vidas y testimonios, que Cristo el Señor es el Dios de la vida, de mi vida, de tu vida, que nos llama a ser protectores de la vida, constructores de paz y reconciliación en la sociedad donde vivimos, constructores de la justicia y fraternidad como debe ser la aspiración constante del cristiano comprometido con su fe”, afirma en otra parte su mensaje de Navidad.
El obispo castrense desea que la Navidad fortalezca la fe, la esperanza y caridad y derrame su luz y su verdad para que las familias del Paraguay sean protegidas por el amor misericordioso de Dios. Monseñor Martínez es también secretario general de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).
