Detalla que “Canadá es el tercer país que más solicitudes de asilo recibe, solo detrás de EE.UU. y Francia. Un claro ejemplo que acaparó la atención mundial fue el recibimiento de 10.000 refugiados provenientes de Siria, un proceso que en menos de dos meses brindó la ayuda necesaria para que los ciudadanos, víctimas de este conflicto bélico y crisis humanitaria encontraran un nuevo hogar”.
Define que “el Sistema de protección para refugiados y asilados de Canadá, está diseñado para proveer ayuda a los sectores más vulnerables de la sociedad, es un programa enfocado en gente que sufre persecución, riesgos de tortura o amenazas a su vida por motivos de raza, religión, nacionalidad, creencias políticas o debido a su pertenencia a un grupo social particular, por ejemplo mujeres víctimas de violencia de género o personas con diferente orientación sexual”.
Agrega que “otro caso que atiende el programa es el de las mujeres víctimas de violencia de género. Originarias de países que a pesar de ser considerados seguros por su estructura política, social y económica, son mujeres que se encuentran en una situación de violencia doméstica, o bien, de acoso sexual, ya sea en el sistema laboral o social, sufriendo persecución y violación a sus derechos humanos, en muchas ocasiones por sus propias parejas. Generalmente, después de repetidas denuncias, demandas, cambios de domicilio e incluso desplazamientos internos dentro de su país de origen, no logran conseguir la protección legal que garantice su seguridad, por lo que se ven obligadas a huir”.
Remarca que “uno de los grandes obstáculos en los casos de solicitud de refugio para Canadá consiste en definir y probar si la violencia que se vivió o el temor a la violencia es una seria violación a un derecho; asimismo, demostrar que el riesgo bajo el cual se encuentra la víctima es el resultado de una falla de protección del Estado”.
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