En el caso específico de Santi, no depende de ningún aparato médico, “lo cual fue la primera demostración de que iba a luchar con todas sus fuerzas para vivir”, asevera el padre, David Benítez. Sí requirió asistencia de oxígeno, pero no intubación. Y el día a día de los casi dos meses de Santi, ya en el hogar, requiere que los padres, para alzarlo a upa se vistan con batas, guantes, calzados, tapabocas, estériles. Su piel debe ser atendida con mucha precaución, y para realizarle las curaciones, tres veces por día, se requieren 20 pares de guantes esterilizados. El procedimiento implica jabón, crema, preparados en botica.
Se alimenta con leche de fórmula y en lugar de vestimenta, requiere gasas semielásticas –tres por día–. Así, su atención podría decirse que es como la de un gran quemado.
