Llamó a no temer a la vida consagrada

Monseñor Claudio Giménez dedicó gran parte de su homilía a las vocaciones y la respuesta que deben dar los jóvenes al llamado de Dios.

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Invitó a los jóvenes a seguir a Cristo. Explicó que la palabra vocación se usa mucho para referirse al sacerdocio y a la vida religiosa; por ejemplo: Dios llama a un muchacho para ser sacerdote y a una chica para ser religiosa, ¿pero sabemos qué es una llamada de Dios?, preguntó. Agregó que Dios puede llamar a través de las personas o de acontecimientos, de hechos, a través de la familia, en el silencio de tu corazón, en un momento de oración o leyendo la palabra de Dios.

Así también refirió que el Señor pide que se rece por las vocaciones y llama a cada uno por su nombre. “Al mismo tiempo pone a nuestra disposición personas que se encarguen de nuestra formación, después llegado el momento, envía a realizar tareas concretas para evangelizar a la gente y asegura su compañía por siempre”, expresó.

El obispo pidió a los jóvenes no tener miedo porque el Señor asegura claramente en el Salmo que instruirá al elegido y le mostrará el camino a seguir.

El evangelio –dijo– enseña que hay que rezar pidiendo que Dios envíe trabajadores a sus mies, porque el campo es grande y los obreros pocos. Indicó que con la formación que les daba, Jesús enviaba a los apóstoles al mundo para llevar a cabo su misión evangelizadora. “Así nació la Iglesia, con este objetivo concreto, inconfundible, llamado evangelización”, indicó. Sobre la fiesta de la Inmaculada Concepción, monseñor Giménez dijo que es la fiesta mariana más grande y popular del Paraguay. ¿Quién no guarda en sus recuerdos; quién no acumula en su corazón aquellos sentimientos hermosos de cuándo éramos niños y veníamos en el regazo de nuestra madre haciendo muchas preguntas, o sobre el hombro de papá, a pagar promesas, cansados bajo el sol o las lluvias torrenciales de diciembre?, manifestó. Agregó que ahora se repite la historia: problemas que se han tenido, promesas que se han hecho y su cumplimiento a los pies de la Virgen.

Resaltó que esta fiesta de la Virgen prepara a la Navidad, va llenando los corazones de cosas nuevas para que se conviertan en un pesebre donde “vuelva a nacer Jesús en nuestras vidas”. Finalmente, invitó a los presentes a vivir intensamente la fiesta de la Virgen y a seguir a Jesús en todo momento.

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