Pertenecemos a la raza humana, derivamos de una familia (de un hombre y una mujer), formamos parte de la sociedad y del tiempo que nos toca vivir. De esto se puede renegar, pero no negarlo.
Si tenemos esperanzas de mantener medianamente la vida en la Tierra, la inversión cultural, moral espiritual está en las nuevas generaciones; ¿estamos preparando a los niños para que vivan y piensen de otra manera y además sean multiplicadores? Por el otro lado, en los planes actuales de educación escolar, diseñados por las agendas globales, poco y nada se priorizan el amor y la responsabilidad por la naturaleza.
En las redes sociales, cuando comentamos algún tema, perdemos más de un amigo por tener enfoques y pensamientos diferentes u opuestos, sin embargo, un desastre provocado como el ocurrido en la selva amazónica nos requiere unidos, tolerantes, creo en ese sentido que la mayoría estamos de acuerdo en que precisamos cambiar el estilo de vida. Y digo la mayoría porque la sobrevivencia nos lleva a pensar en reconstruirnos.
Los consejos de amar a la naturaleza pueden sonar infantiles, pero así son, simples, lo difícil es interiorizarlos. Hoy todo hay que enseñar a la gente; peligrosamente se van adormeciendo los 5 sentidos, que es por donde percibimos el mundo. Es trágico que haya gente que ni sepa lo que está ocurriendo.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Por supuesto que los gobiernos tienen que intervenir; para prevenir y reencauzar supuestamente están las cumbres políticas… pero de un pacto al hecho hay un largo y espinoso trecho.
Necesitamos de la política, hoy raptada por grupos nefastos que se sirven de la administración de los pueblos para intereses de unos pocos. Nos queda el voto, y más que eso la manera de vivir. Todo lo que ocurre hoy en la selva amazónica, viene ocurriendo en la naturaleza (también en otras zonas) desde hace mucho tiempo, una explotación criminal, solapada, disfrazada de desarrollo, (por ej. las minas y el monocultivo).
Sabemos a ciencia cierta qué queremos de los gobiernos, pero es la clase política la que se pierde en la ambición, el servilismo y la corrupción.
Para algunos hay que trabajar las ideas, para otros funciona al revés: el estilo de vida crea consciencia. Mucho desierto por delante. El daño está hecho y lo vamos a atribular. “Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras los hombres no escuchan” (Victor Hugo).