Sin dudas, no nos produce lo mismo llegar o pasar por alguna casa cuyo patio está pelado que uno donde hay flores así sea en latas viejas o en coquetas planteras. En grandes ciudades, donde se han construido tantos edificios, las personas que viven en departamentos ultra-pequeños se ingenian para tener alguna planta.
Las flores tienen el poder de regalar vida. Se regala flores cuando se ama o se estima, porque ellas transmiten una profundidad que el humano no puede expresar con palabras.
Vale resaltar que a fines de octubre se realizará la Expo Flora 2019, esta vez organizada por la Cámara Florícola y Afines del Paraguay (CAFAP), y siempre con el apoyo de nuestro diario. Entonces, la gente podrá acercarse a disfrutar de un día entre flores y plantas nacionales e importadas. Tal como las librerías, es cultura pasar por viveros más seguido. Si queremos que las cosas cambien en nuestra familia y sociedad, potenciemos nuestro jardín.
Comúnmente decimos “no tengo tiempo”, “a mí no me prende nada”, “no tengo plata”, y así nos indisponemos con la idea de tener un jardín.
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La Ing. Mirta Montiel, viverista, nos aconseja: “Lo primero que tengo que ver es qué tiempo puedo dedicarle a mi jardín, así elegir especies que requieran más o menos cuidado. En el jardín paraguayo lo más común es la santarrita y el jazmín, también tenemos rosas (pequeñas), orquídeas, crotones, sinesias, palmeras (imperial y coco fénix), y con sus cuidados: labios de señorita, alegrías, joya de jardín (amarilla), malvones también puede ser. También ahora entraron muchas exóticas importadas como el ave de paraíso, lazo de amor, bromelias con y sin flores, liriope matizado, etc., es cuestión de hacerse asesorar bien”.
No todos podemos tener un jardín lujoso, pero sí un jardín sencillo que lleve nuestra mano (cariño, dedicación, ingeniería). Llega la primavera y la profesional nos recomienda plantar: rosas, flor de dura, sinesias, santarrita. Así que siempre es tiempo para sembrar y no rendirnos ante el cemento. Crear microclimas nos dará otra calidad de vida. Empecemos desde lo pequeño y se hará grande. “El jardín es una delicia para la vista y un consuelo para el alma” (Sa’di, poeta medieval)