Por dónde pasa la seguridad

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SALAMANCA, España. La entrega, que no es lo mismo que el rescate, del narcotraficante Jorge Teófilo “Samura” Samudio y la muerte el comisario Félix Antonio Ferrari Yudis en el enfrentamiento con los maleantes, puso en primer plano el tema de la seguridad, el papel que desempeña la policía y la responsabilidad que se le atribuye al ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor,

Cada vez que sucede algún acontecimiento muy llamativo, como fue este, aparecen inmediatamente los “cerebros” del Gobierno que tienen la solución perfecta y exponen sus planes basados en conocimientos que, en última instancia, son muy empíricos. De más está decir que no se aplica ninguno, durante algún tiempo se habla de ellos, es cierto, pero luego se pasa a otra cosa más urgente como algunas elecciones cercanas, la ambición por lograr tal o cual cargo, etcétera.

Días atrás fue entrevistado el diputado Raúl Latorre (ANR) por un equipo de periodistas de la radio ABC Cardinal, y habló sobre la intención de cambiar la legislación actual para permitir una mayor intervención del Ministerio del Interior en la Policía Nacional. Aseguró que dicho cambio no será una solución al problema de la inseguridad. Y puso como ejemplo el caso de la fuga del narco “Samura” González donde, según el diputado, se apreciaron “las debilidades estructurales de la capacidad de respuesta de las fuerzas públicas y del sistema penitenciario”.

El problema de la seguridad pública no pasa por el Ministerio del Interior sino por el Palacio de Justicia. Mientras la justicia no funcione, mientras la justicia sea mantenida como rehén por un grupo de jueces y fiscales corruptos, seguiremos siempre en las mismas y la calle estará en poder de los delincuentes. Estuvo bien el legislador Latorre al poner como ejemplo el caso de “Samura” como una muestra de debilidad del sistema policial, pero no porque “demostró las debilidades estructurales”, sino por lo que puede suceder a causa de la corrupción que ha permeado toda la estructura del cuerpo. Por eso, en la primera línea digo “la entrega” que no es lo mismo que “el rescate” del narco “Samura”.

Todos los días leemos sobre delincuentes que son pescados con las manos en la masa, entran por una puerta y salen por la otra limpios y puros como inocentes angelitos. Y si se preguntan las razones por las que reciben “prisión domiciliaria”, “prisión ambulatoria”, y otras triquiñuelas parecidas, jueces, fiscales, abogados reaccionan contra el periodista a quien amenazan. Ahí está el caso de la jueza que le concedió “libertad transitoria” a una mujer que estaba presa en la cárcel del Buen Pastor por haber abusado de una niña cuando ella era maestra. Cuando el periodista de nuestro diario le preguntó cuál era la justificación de su decisión le respondió muy enojada que ella era “comadre de la directora” de este diario, como si tal vínculo pudiera ser considerado como medida de peso dentro de la jurisprudencia.

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Es inútil. Hay que convencerse. Se podrá cambiar toda la legislación que se quiera. Se podrá cambiar de ministros todas las semanas si esto satisface a los políticos que están más preocupados por el cargo en sí, que por servir a la ciudadanía. El tema de la seguridad no se solucionará nunca si no se soluciona antes el problema de la justicia. El que está decidido a realizar un asalto lo ejecuta sabiendo que si llega a ser sorprendido por la policía, irá a la cárcel por unos pocos meses hasta encontrar al juez que le otorgue prisión domiciliaria, o libertad transitoria, con lo que pasará a disfrutar del botín logrado cuando realizó el asalto. Este tiene que ser el punto de partida. Y no es invento de nadie; ahí tenemos a los antiguos miembros del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados que vendían sentencias al mejor postor que ahora van camino al blanqueamiento total.

jesus.ruiznestosa@gmail.com