Respetado Sr. Ferreira:,
El pasado miércoles, 4 del presente mes, en el diario ABC Color Digital, he leído su comentario a mi artículo titulado “Comunismo vs. Cristianismo”, publicado en el mismo diario dos días antes.
En realidad usted no comenta mi artículo, no analiza ninguna de mis opiniones sobre el comunismo y el cristianismo y ninguno de los argumentos que las sustentan. Usted admira a dos jesuitas (a los Padres Francisco Oliva y Alberto Luna), a quienes considera filocomunistas y por ello verdaderos y ejemplares jesuitas; me compara con ellos y directamente me descalifica como jesuita por haber escrito tal artículo sobre el comunismo versus cristianismo.
Perdone que le diga, Sr. Ferreira, definir la identidad y calidad de los jesuitas por su simpatía con el comunismo o el filocomunismo es una osada ignorancia y un error increíble.
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Coincido con Usted en la estima que tengo a mis compañeros. Son muy queridos y admirados por su incansable consagración a la evangelización... y su sensibilidad con los pobres.
Usted, como todos los comunistas, es excluyente. Aspiran a tener una sola clase social, el proletariado, la clase de las masas trabajadoras, industriales y desde la sangrienta revolución de Mao, también los campesinos. Promueven la lucha de clases y rechazan a los cristianos que aspiramos a mucho más, a ser una sola universal familia, de “hermos” hijos todos de nuestro Padre Dios. Los cristianos aspiramos a no excluir, sino, a incluir a todos por la energía integradora del “amor al prójimo como a nosotros mismos”.
Su actitud excluyente es tan robusta y amenazante que me echa en cara cómo me atrevo a sentarme para comer en la misma mesa que mis compañeros sus admirados jesuitas. Me excluye a mí, porque no está de acuerdo con mi artículo y le gustaría que me excluyan mis compañeros. ¿No le parece insociable y violento? ¿Tenemos que pensar todos lo mismo que usted para tener derecho a vivir y convivir?
La última pregunta es demasiado pertinente, porque la historia demuestra que los comunistas exigen el sometimiento total de sus súbditos, porque el sistema comunista no permite libertad de opinión ni siquiera libertad de información. El costo de querer opinar y actuar de otra manera es la prisión o la muerte. Lea, Sr. Ferreira, “El libro negro del Comunismo”, Subtitulado: “Crímenes, Terror y Represión”, investigación de científicos europeos de izquierda, publicado por Harvard University Press en Francia.
No me pida para poder sentarme a la mesa de los jesuitas, que admire y apoye el comunismo, porque el comunismo es ateo activo y yo amo a Dios. Es el genocida más grande de la historia de la humanidad con más de 120 millones de asesinatos, (recuerde que Europa así lo ha denunciado en la Declaración de Praga); porque en diversos países ha asesinado miles y miles de cristianos por odio a la fe cristiana, solamente en la guerra civil de España asesinaron alrededor de 10.000, de los cuales 1.891 han sido declarados mártires de la fe por la Iglesia Católica. No me pida que simpatice con quienes en sus manifestaciones incendian templos, destruyen imágenes de Jesucristo, de María su madre, de los santos y profanan los Sagrarios, porque Jesucristo es el sentido de mi vida y de mi vocación de jesuita.
Opino que Usted está muy desinformado. Estudie historia científica y no se deje engañar por el marketing del comunismo, que a ningún pueblo ha llevado al bienestar, solo a la pobreza colectiva con la sepultura de las libertades y derechos, como sucede en Cuba, Venezuela, Nicaragua, China continental, Corea del Norte...
Por su breve comentario veo que tampoco conoce qué y cómo somos los jesuitas... Yo se lo podría explicar porque los conocí antes de ser jesuita y llevo sesenta y ocho años consagrado como uno de ellos en la Compañía de Jesús.
Eso somos: compañeros de Jesús (no compañeros de Marx), tenemos todo en común, vivimos en comunidad, somos libres, creemos en Jesucristo y en el Dios que El nos ha revelado, estamos dedicados a su misión en servicio a todos los hermanos, aspirando a seguirle fielmente en la comunidad de la Iglesia Católica.