Escuchar al ángel y obedecer a Dios

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Una vez, el arcángel Gabriel anunció la voluntad de Dios a María, solicitando su colaboración para el nacimiento de Jesús.

Hoy, el Evangelio nos muestra el anuncio del ángel a José, que había decidido abandonar a María para no perjudicarla, ya que ella apareció extrañamente embarazada.

Le dijo en sueños el ángel: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo”. Al despertar, José hizo lo que el ángel le había ordenado y llevó tt María a su casa.

Sabemos que la reacción de María delante de la voz del ángel fue: “He aquí la servidora del Señor, hágase en mí según tu voluntad”. Ella supo escuchar con el corazón y tuvo docilidad para obedecer con convicción.

Con José pasó la misma cosa. Él estaba perturbado, pues sabía que ella era una joven muy decente, sin embargo, su gestación era un obstáculo avasallador. Pero él también obedeció a la voz del ángel, y llevó María para su casa, aceptándola como esposa, ya embarazada.

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En nuestra vida pasan cosas parecidas, cuando aparece una situación enredada y conflictiva. Ahora, ¿qué debo hacer?: es la pregunta, pero la respuesta no es evidente.

Una actitud es dejarse llevar por el egoísmo, la prepotencia y tratar de buscar exclusivamente sus propias ventajas, sin mucha consideración por lo que los otros sienten.

Otra actitud, más sabia, es justamente “escuchar al ángel” que el Señor nos envía, seguramente de modo disfrazado, es decir, a través de otros, o de algunos acontecimientos de la semana.

A veces, Dios nos habla través de una expresión inocente de nuestro hijo, otras veces, delante de un justo reclamo de la esposa. También en la homilía de la Misa el Señor revela cosas importantes.

De muchas otras maneras el Señor se manifiesta, como sea, una enfermedad, o un sentimiento de soledad, todo puede ser una manifestación del ángel, que nos exhorta a tener más en cuenta las enseñanzas del Evangelio, y menos los reclamos del teléfono celular.

Este hermoso aire de fiestas que nos toca vivir, debe hacer con que oigamos y obedezcamos al mensaje del ángel que el Señor nos envía, y no estemos sordos por las frenéticas carreras de diciembre.

Así, mi hermano y mi hermana, en nombre de los Hermanos Capuchinos, del equipo de “Gotas de Paz” y de todo el personal de ABC Color, queremos desearles una bendita Navidad y que aprendamos a ser más humildes, con la lección del Niño Jesús en el pesebre.

Paz y bien.

hnojoemar@gmail.com