Cuidar la naturaleza

Este artículo tiene 5 años de antigüedad

Últimamente se puso de moda, y muy acertadamente, “crear” bosques en diferentes puntos de Encarnación. Entes públicos, colegios y universidades y organizaciones privadas están empeñadas en sembrar sus bosques en cuanto espacio libre exista.

Hay incluso un “bosque de cerezos” en pleno desarrollo en el paseo central de la avenida Japón. Esta es una iniciativa de un inmigrante japonés de apellido Yanagida, que quiso dejar su aporte a la comunidad. El poblador de tanto en tanto, pese a su edad ya avanzada, incluso desmaleza los alrededores de los arbolitos en crecimiento.

Parecería que existe un despertar colectivo sobre la importancia que ocupan estos seres en el ciclo de la vida y la necesidad de reconciliarnos con ellos, en un país que tiene el “mérito” de ser uno de los mayores deforestadores de la región.

La destrucción masiva de los bosques es una consecuencia de la expansión agrícola, y en las dos últimas décadas en particular debido al “boom” económico que significó el cultivo intensivo de la soja.

El problema creció y se necesitó dictar una ley de “deforestación cero” para evitar la desaparición total de las reservas de árboles nativos.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Semanas atrás una organización internacional difundió imágenes de la destrucción de una de las más importantes reservas de biodiversidad en la Región Oriental. Se trata de la reserva San Rafael.

En las imágenes se pueden ver los hornos utilizados para la fabricación de carbón vegetal, y vastos “agujeros” en la masa verde, producto de la tala de árboles, en algunos casos para plantar marihuana. El producto de esta destrucción sale “sin ser visto” por los organismos de control, tanto del Ministerio del Ambiente como la Policía Nacional.

Sin dudas, algo no está funcionando en el sistema de control. Falta que en estas áreas sean designadas personas “contaminadas” con ese despertar ciudadano por preservar, cuidar, promover la naturaleza, y no a burócratas permeables a las ofertas de quienes lucran destruyendo los recursos naturales.

jaroa@abc.com.py